Danza con máscaras en los Tsechu de Bután

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Escrito por: Eva del Amo

Asistir a uno de los Tsechu o festivales religiosos anuales que se celebran en Bután es adentrarse en una explosión de color, y todo ello al compás del frenético ritmo de los platillos y los tambores.

Bután celebra sus fiestas religiosas anuales con gran fervor popular. Los Tsechu, que significan, literalmente, “diez días”, son las fiestas más importantes de los dieciséis distritos o dzongs con que cuenta el país. Habitualmente tienen lugar entre los meses de abril y noviembre, y todo el pueblo se vuelca en su celebración, especialmente en Paro, Timbu, Wangdu Phodrang, Mongar y Tashigang, donde tienen lugar los festivales más importantes.

© Stephen Shepard

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Campesinos de las aldeas cercanas recorren los valles y se concentran en el punto donde se celebra la fiesta para honrar a los grandes maestros budistas, divertirse, ver las danzas típicas, asistir al mercado e incluso cerrar transacciones comerciales beneficiosas para todas las partes.

Es un ambiente festivo en el que, además de renovar la fe, uno se puede olvidarse de su rutina diaria por unos días. Los muchachos solteros buscan pareja entre las jóvenes, que se han puesto sus mejores galas para la ocasión, o simplemente comen y beben con sus amigos en buena compañía. En esta fiesta, lo religioso se mezcla con lo profano, y entre risas, bromas y cánticos, se da gracias por todas las cosas buenas recibidas durante el año.

© Stephen Shepard

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Estos festivales ofrecen al viajero la oportunidad de observar de primera mano la cultura del país, especialmente a través de las bellas ofrecidas por los monjes, que irán adornados con sombreros, máscaras y espadas. Simbolizando las principales deidades y los más malvados demonios, así como fantásticos animales, los danzantes instruyen a la población sobre las enseñanzas de Buda o conmemoran las hazañas de Padmasambhava a través de un enfervorecido baile, que es transmitido de generación en generación.

© Stephen Shepard

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Cada día se celebran una o más danzas diferentes, pero las más conocidas son los bailes del sombrero negro con los tambores, los del Ging, aquellos en donde bailan los enmascarados, y los que tienen lugar justo cuando sacan las thangkas, uno de los momentos más esperados de las fiestas.

© Mario Biondi

© Mario Biondi

Estas gigantescas pinturas con tapices bordados a mano, que pueden tener hasta 30 metros de altura, suelen representar a Gurú Rinpoche sentado entre deidades. Dicen que con solo mirarlas ya estás libre de pecado y del mal karma, pero son tan delicadas que no puede darles la luz directa del sol. Cuando está a punto de amanecer, las thangkas se enrollan y se guardan hasta el año que viene, pero los danzantes siguen bailando. De hecho, no dejarán de hacerlo hasta que no terminen las fiestas. ¿Quién dijo cansancio?

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