¿Y si el viaje no lo cuentan las personas?

Pintura Kangra, 1820.


Las perspectivas no humanas también pueden contar un viaje. Y tú puedes tratar de adivinar el narrador de cada historia.

Por Alberto Piernas

India, según perspectivas no humanas

Flor nacional de Sri Lanka

© Pixabay

I

Entre las copas de los árboles, se escucha un sonido. Quizás sea el hombre que viene al bosque huyendo del mundo, entender a los sabios y flotar hasta quedar atrapado en el tronco. Y ahí cerca está el eucalipto que cortarán unos empresarios para construir un aeropuerto, los monos que huyen buscando a Hanuman entre los rincones y las luciérnagas que estos primeros días de verano ya han tomado las principales aldeas de Maharashtra.

II

Llevan cacahuetes en los bolsillos, piensan que me gustarán, pero yo sé que hay un líquido, en un tarro, que me gusta tocar con los dedos. Hemos quedado reducido a eso, a mera atracción, con las crías colgando sobre muros de roca caliza que envuelven ese fuerte que alguien construyó para un rey. Los humanos son insectos vanidosos que necesitan a un ejército de 30000 hombres para pelear contra otros o a 10.000 personas para construir un templo.

III

Resulta frustrante estar aquí, maquillado y cubierto de telas de colores mientras los fieles vienen buscando que yo bendiga sus actos y les otorgue buena suerte. Dicen muchas cosas ahí fuera: algunos, que todos me veneran porque un dios mató a su hijo y le colocó una de nuestras cabezas. Otros, que en las lejanas selvas de Kerala han traído otros ejemplares semejantes a nosotros, pero son mecánicos, también echan agua y sirven también para tenerlos contentos, que vengan a buscarnos, a pedir tantos deseos.

Animales curiosos de la India

© Wikipedia Commons

IV

Permanezco colgada de puestos de fruta, algunos me atrapan, hacen un collar y me pasean por templos que huelen a incienso. Otras veces, soy motivo de cremación en Varanasi, recuerdo olvidado en el barro, comida de vaca, o regalo de amantes. Sin embargo, mi estado preferido es aquel en el que me mece la brisa, siento cosquillas y me libero. Entonces huyo de los mercados, soy algo más eterna y me divido en pétalos naranjas que recorren el mundo buscando su propio destino.

V

Trata de asustarme, vestida con el sari morado. Pero sabe que no puede hacerlo. El monzón es inminente, yo lo sé antes y mis plumas se retuercen, bailo, el agua cae primero sobre estos colores. A veces comienzo a danzar buscando pareja, o me quedo sobre las murallas observándolos tomar sus tés calientes en la acera, incluso lanzar pescado a los gatos desde las azoteas. Realmente, la historia la contamos nosotros.

VI

Todo el mundo acude a ese maravilloso lugar para que le cuenten una historia. El relato de alguien que construyó la tumba más bonita del mundo por amor. Pero no saben que ahora soy azul y sonrío en silencio, que me esparzo entre los bosques, aprendí de los sabios y a veces me quedo atrapada en el tronco. Me observo las raíces, hay moscas en la cúpula y todos hacen fotos. Realmente me gustaría decirles que vinieran aquí, contarles un secreto. Decirles que existen muchos viajes.

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