Te mando postales desde India. © Wikipedia
Estas postales desde India hablan del pasado. O del futuro.
Por Alberto Piernas
Postales desde India para que llegues antes
Desde Jaipur, con amor. © Chelsea London
Querido Tú:
Con el tiempo descubres que somos aquello que heredamos, los ancestros, los colores que hablan de lo que fuimos y seremos. Porque en nuestra sangre existen lugares y personas que nunca hemos conocido, pero nos impulsan a crear nuevos mapas y banderas. Esta postal es de Jaipur, donde el rosa todo lo inunda. Es ver la vida de otra forma, heroína entre los grises. Te mando todos esos colores para que alumbren tu tristeza y te hagan siempre recordar que aquello que ya no existe a nuestro lado nunca cambia, solo se transforma.
El viaje es lo que ocurre entre punto y punto. © Damien Milan
Querida Tú:
Recuerdo todos aquellos viajes que hicimos juntos. Yo te decía que necesitaba una pausa, tú que no daba tiempo a verlo todo. Nos solíamos sentar a descansar bajo las palmeras, ver los niños corretear entre pueblos perdidos y observar a los fieles haciendo la ofrenda en el tiempo. Ahora viajo solo, pensando en ti y en lo que escribirte en postales como esta. Una imagen sonora, de mujeres que cargan canastos de fruta entre pasillos y ventanas que revelan una galería viva de colores y trópicos. Solo entonces, descubres que viajar es lo que ocurre entre punto y punto.
Los verdes de Kerala se sienten también por dentro. © Wikipedia Commons.
Querido Tú:
Dicen que a veces el exterior refleja el interior. Te escribo a ti, a la persona que aún no tiene 36 años y no ha seguido la llamada del viaje en solitario. Pero lo harás, te dejarás llevar. Te gustarán los azules de Chauen, los colores de India pero, especialmente, los verdes de Kerala. Esta foto no lo demuestra, pero es que aquí el verde es un sentimiento. Una puerta a la Tierra de los Dioses donde resuenan el canto de las aves, las luciérnagas de los humedales y los barcos flotantes que se pierden entre campos de nenúfares. Como estas flores, descubrirás que los largos viajes son también como cosechas donde cultivar silencios.
Una puerta para que llegues antes. © Alberto Piernas Medina
Querido Tú:
Con el tiempo, he pintado una puerta desde diversos lugares. Son aberturas que te permiten, a pesar de estar a kilómetros de distancia, conocer los aromas a cardamomo, incienso y lumbre de este lugar. Te mando colores, algún pétalo de flores marigold y la promesa de que nos encontremos en los lugares más insospechados. Una puerta que solo he pintado para ti.
Mujer india llenando un cántaro de agua en Rajastán. © Michael Macintyre
Querido Tú:
En el futuro, dejaremos de usar la palabra «exótico». Nos convertiremos en testigos de otras culturas, pero sin el sari de la superioridad foránea. No puedo pretender mudar la piel de personas de India o Vietnam, pero sí abrazar la humildad de ser iguales por un momento a pesar de las diferencias. De hecho, creo que esos matices son los que hacen que viajar sea algo poderoso, porque nada te cambia y te condiciona tanto como el entorno.
Nuestro amor es como el Taj Mahal. © Wikipedia Commons
Querido Tú:
Nunca me construiste un palacio, ni yo he buscado lugares donde poder reposar juntos algún día. Quizás aún no haya que pensar en ello. Sin embargo, sigo refugiándome en ese sentimiento que ahora parece no estar tan de moda. El amor, claro. Quiero pensar que aún existe, que se hacen locuras por ese arrebato universal. De Malasia a Indonesia, pasando por mi querida India, el Taj Mahal y un mandir que no aparece en los mapas. Creo que no hay tanta diferencia entre tú y esos templos: ambos son refugios.
¿Te gustaría escribir tus propias postales durante un viaje a India?