Soy el coco con código Z-345632 en Sri Lanka. Esta es mi historia hacia la libertad.
Escrito por: Alberto Piernas
Información, noticias y opiniones sobre Sociedad Geográfica de las Indias. La actividad de la agencia de viajes exclusivos y a medida a India y al Subcontinente Indio (Nepal, Bután, Sri Lanka, Maldivas).
Soy el coco con código Z-345632 en Sri Lanka. Esta es mi historia hacia la libertad.
Escrito por: Alberto Piernas
Los días en Anegundi son cálidos y vibrantes. Comienzan con la llamada a la oración de la mezquita, continúa con el sonido de la naturaleza procedente que todo lo envuelve, los ladridos de los perros, el grito de una madre que llama a sus hijos. Mientras volvemos del desayuno del Coconut Tree, una puerta entreabierta invita a curiosear en el interior, donde tres mujeres permanecen sentadas en el suelo, conversando mientras sus manos entrelazan fibras del árbol del banano. 300 mujeres de Anegundi se han propuesto convertir su pueblo en un reclamo turístico, aprovechando su cercanía a los fastuosos templos de Hampi. Nandini, la coordinadora del Centro de Mujeres de Anegundi, nos cuenta que muchas de estas mujeres son repudiadas en sus propios hogares por «atreverse» a trabajar, llegando al punto de que muchas se refugian en esta asociación junto a sus hijos. Entre charlas cotidianas, estas artesanas miran de reojo y nos confirman que el cambio acaba de comenzar. Al sentarnos junto a una de ellas, les preguntamos por Svarga, pero no contesta. Simplemente nos dice que vayamos al templo de Hanuman, donde el sacerdote acude todos los jueves para invocar a los dioses todos los jueves al atardecer.
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Escrito por: Alberto Piernas
Hoy es el día de la mujer, pero yo continúo cabizbaja.
Escrito por: Alberto Piernas
Nakul Shivharey nació en Agra, la ciudad del Taj Mahal, sin saber que años después terminaría siendo embajador de su país, cultura e identidad para muchas personas alrededor del mundo. Asesor de viaje de Sociedad Geográfica de las Indias, Nakul se siente libre sobre dos ruedas a través de los valles del norte de India y rompe los prejuicios de quienes conciben India como un país demasiado diferente. Descubrimos todas las recomendaciones y vivencias de viajes de Nakul en la siguiente entrevista que nos invita a viajar por los entresijos del subcontinente indio.
1) ¿Cuál es ese destino que nunca olvidarías?
Obviamente India, y no porque sea de allí. De hecho, si algún día tuviera una hija, la llamaría “India”. Es un país que no necesita demasiadas explicaciones, ya que siempre ha sido llamativo para todo el mundo. Un país que vive en distintos siglos en el mismo momento.
2) Si tuvieras que elegir un plato típico de India, ¿cuál sería? ¿y dónde?
Berenjenas al horno de mi madre. Es un plato que echo mucho de menos. Sin embargo, si tengo que elegir un plato de un restaurante, serían las lentejas del restaurante Bukhara, ITC Maurya, en New Delhi. Un restaurante que te hace viajar a las cocinas de Asia Central de la época medieval. Aparte de lentejas, hay otro platos del restaurante que merece la pena probar.
3) Un momento en plena naturaleza que nunca olvidarás.
El valle de Nubra, Ladak. Conducir en moto por la zona, con las vistas del Himayala, el desierto, los monasterios budistas de la zona y el valle en sí. Una auténtica experiencia.
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Escrito por: Alberto Piernas
El sonido de la moto interrumpe la paz de la noche.
Nos encontramos en el Coconut Tree, el único restaurante de Anegundi, un pueblo perdido en el estado de Karnataka, no lejos de Hampi.
Tras varios días peleando con la conexión a Internet mientras trabajamos en una choza de palma como alojamiento – lo único que encontramos – nos hemos acostumbrado al silencio que recorre estas calles, especialmente al anochecer. En nuestra mesa, situada entre dos palmeras, hay ensalada de cacahuetes y momos de espinacas, la luna parece acercarse más, el sonido que se acerca a lo lejos.
El motorista resulta ser un joven neozelandés llamado Matthew. Tiene ojos azules, una sonrisa seductora y parece embriagado por algún tipo de pócima que aún desconocemos. Matthew llega desde algún lugar lejos del sur. Un escenario fragante, desconocido, que ni siquiera aparece en los mapas.
«Hay un lugar…», es la frase con la que comienza muchos de los comentarios a lo largo de la conversación. «Hay un lugar donde vive el futuro, como otro nuevo Libro de la Selva, pero cuidado».
Lo que Matthew nos cuenta se queda grabado en nuestra mente y no volvemos a hablar de ello hasta pasados unos días. Cambian las coordenadas en el mapa, hay un viaje largo hasta ese lugar que no encontraremos en Google Maps, ni siquiera en los corrillos de vecinos que lo custodian como un secreto. Y caminamos por las calles de Anegundi, donde los vecinos abren las puertas de sus casas revelando nuevos arcoíris: rosa, verde, rojo. Se nos ocurre hablarle de ese lugar a un hombre sabio sentado en la calle, y ese hombre se va corriendo.
Nadie quiere hablarnos del Svarga, ese mundo celestial que Matthew nos revela antes de partir hacia el norte.
Nos deja un testigo, una responsabilidad, la certeza de tener en nuestras manos la llave de un nuevo mundo…