
Los viajes son emociones y, por ende, personas. © Vecteezy
Las nuevas tecnologías, con la IA al volante, configuran un nuevo mapa de experiencias pero, ¿cuál es el papel de las agencias de viaje en el futuro?
Por Alberto Piernas
El futuro de las agencias de viajes

© Sociedad Geográfica de las Indias
Si nos paramos a pensar, los viajes no solo engloban una transacción. Realmente hablamos de una experiencia que roza otras muchas líneas de forma transversal: la política, la religión, la educación, el medio ambiente o sí, también las emociones.
Sin embargo, basta con echar un vistazo a la evolución de los viajes durante los últimos cuarenta años para darnos cuenta de una evolución tan interesante como vertiginosa. Especialmente, cuando hablamos de las agencias de viajes como motor de tantas aventuras.
En los años ochenta, ser un agente de viajes suponía una posición privilegiada en un país como España que se abría al mundo en forma de viajeros que eran vistos como personas con un mayor estatus social. Después llegó Curro con sus viajes al Caribe como antesala a la democratización del ‘todo incluido’ en los 90; los viajes low cost en los 2000 y una siguiente década marcada por las redes sociales, la pandemia, las crisis económicas y, en última instancia, el potencial de la inteligencia artificial que redefine los patrones de consumo de la década actual.

Experiencias a medida a la hora de descubrir en profundidad la identidad de un destino. © Francis Photo Montreal
La suma de todos estos hitos históricos da como resultado un nuevo ecosistema de posibilidades donde las agencias de viajes, lejos de quedarse fuera, deben reinventarse y adaptarse a esa transformación. Y el resultado es una combinación de tecnología, sostenibilidad y emoción que convierte al agente de viajes no solo en un poseedor de información, sino en un creador de experiencias.
El agente de viajes vigila desde su torre un paisaje que no deja de cambiar: hoy existen programas de IA que sugieren itinerarios, redes sociales como TikTok que realizan un tour de India en 20 segundos o cientos de artículos mediante los que documentarnos. Todas estas herramientas, lejos de ser competencia, se convierten en inspiración para poder diseñar un viaje a la medida de los sueños del consumidor.

Las nuevas tecnologías no puedes procesar aromas, sabores, momentos. Ⓒ gajman
La digitalización en el servicio de negocio y las empresas, el valor de un buen asesor de viajes, conectar con experiencias humanas en destinos remotos, o descubrir alojamientos que nos integren con el propio destino. Todas las coordenadas del viaje se adaptan a los propios deseos a través de un servicio integral que permite acompañar al viajera en todo el proceso, contar con herramientas digitales que permitan gestionar de forma más eficaz la información de los clientes y reescribir la narrativa del viaje a través de un enfoque sostenible y de impacto positivo con el entorno.
Porque hoy en día, muchos nos preocupamos por la autonomía de las nuevas tecnologías, pero realmente, la IA nunca podrá describirte cómo huele el mar ni sonreirá mientras juega con los niños de un humilde pueblo a las afueras de Agra. La IA no puede sembrar, dejar huellas verdes o rescatar las historias que susurran entre selvas y cafetales. Pero ayuda a potenciar algo que, cuando hablamos de un viaje, solo podrá hacer una agencia de viajes o un ser humano en el futuro: entender la emoción.
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