
Escultura de Adiyogi en © Isha Yoga Center, en Tamil Nadu.
El Síndrome de India es un término acuñado por el psicólogo francés Régis Airault que afecta a algunos viajeros tras llegar al gigante hindú.
Escrito por: Alberto Piernas

© Sociedad Geográfica de las Indias by Patrycja Zbierska
Un 22 de enero de 1817, el escritor francés Stendhal caminaba por las calles de Florencia y, al llegar a la Basílica de la Santa Cruz, comenzó a sentir mareos y sudores fríos tras contemplar todas las obras de arte contenidas en tan glorioso espacio. Con el paso del tiempo, se conocería como «Síndrome de Stendhal» a una reacción que el viajero experimenta ante la belleza de un lugar.
Pero este no es el único «síndrome» relacionado con los viajes: al ya popular «síndrome de la clase turista», sumamos «el Síndrome de París», un estado que afecta a aquellos turistas japoneses que comienzan a sentir ansiedad tras darse cuenta de que habían idealizado demasiado la ciudad francesa.
Una lista de «males viajeros» que también hace hueco al conocido «Síndrome de India«, descrito por el psiquiatra francés Régis Airault tras detectar ciertos patrones comunes entre algunos pacientes que habían visitado el país asiático.
¿Qué es el Síndrome de India?

Hombre en Varanasi. © Pixabay
Visitar India supone una experiencia para los sentidos ante la cual no todo el mundo reacciona del mismo modo. Siguiendo el lema de «la amas o la odias», hay viajeros que han experimentado la necesidad de quedarse encerrados en su habitación de hotel y otros que se han visto atrapados por el potencial del país. Una dicotomía que solo se entiende en un destino donde los estímulos, aromas, colores y energías suponen un auténtico torbellino sensorial.
A partir de estas experiencias, Régis Airault publicó en 1985 su libro «Fous de l’Inde (Loco por la India)«, en el cual lanzaba la pregunta definitiva: «¿La India produce transformaciones o la gente está decidida a ser transformada?«.
Según añadía Airault «India tiene una forma de estimular la imaginación y provocar intensas emociones estéticas que pueden sumir al viajero en una ansiedad absoluta». Siempre, eso sí, dependiendo del trasfondo del individuo al tener el primer contacto con el país. A partir de este factor, esa conexión intensa puede crear tanta fascinación como un rechazo extremo. Ya lo decía el personaje interpretado por Judi Dench en la película «El exótico hotel Marigold» al referirse a India como ese país similar a una ola: «si te resistes, te derriba; pero si te zambulles, te lleva al otro lado«.

Cremaciones en Varanasi. © The Hindu Times
En este contexto, Airault va más allá para confirmar que aquellas personas que llegan a India con traumas enterrados del pasado sucumben a una llamada que les provoca, les hace hervir y, a veces, desbordarse, sacando a la luz las capas más profundas de la psique.
En algunos casos, este efecto produce en el viajero una extenuante reflexión sobre su propia existencia, llevándole a adquirir un nuevo paradigma. Sin embargo, en casos más extremos, algunos comienzan a tener delirios y creen que han sido bendecidos con poderes sobrenaturales o, incluso, afirman poder recordar sus vidas pasadas o haber activado su tercer ojo.
Por otra parte, el psiquiatra Sunil Mittal, en Delhi, va más allá y divide a los viajeros afectados por el Síndrome de India en dos grupos: viajeros con problemas emocionales o psicológicos preexistentes que sufren una crisis, y buscadores espirituales que comienzan a cuestionar profundamente sus valores arraigados.

Retiro de meditación Vipassana en India. © indriya retreat vipassana
No cabe duda de que India siempre ha sido un país desafiante, y para muchas personas ejerce un «efecto espejo» que les muestra aquellos sentimientos más tiernos y redentores pero también frustrantes. Para ejemplo, no hay más que vivir un retiro de meditación Vipassana, el cual tiene lugar durante 10 días encerrado en un espacio en el que no puedes hablar con nadie y la práctica profunda puede despertar en el viajero sentimientos, en ocasiones, insoportables.
El síndrome de India respalda así la noción de que diferentes entornos, como sucede con el «síndrome de Jerusalén» y los brotes psicóticos que experimentan los peregrinos al llegar a la Ciudad Santa, provocan diferentes reacciones emocionales radicales. Es entonces cuando viene la gran pregunta: ¿tiene que ver una reacción más con el viaje personal de la persona o con el destino en sí?
Quizás la respuesta la encuentres durante tu próximo viaje a India.