Tren atravesando las cataratas de Dudhsagar Falls, en Goa. © Travelling arounz the world.
Nos subimos a una nueva aventura para descubrir los siguientes mejores paisajes de India desde un tren de lujo que te quitarán el aliento.
Escrito por: Alberto Piernas
Escrito por: Eva del Amo
Tener una isla únicamente para ti, una playa privada o un atardecer infinito solo para tus ojos se convierte en el paradigma de la exclusividad que proporciona Maldivas. La oportunidad para sentirse el ser más afortunado del universo.
© Cocoa Island by COCO
Escrito por: Lorena Pérez
El valle de Bumthang es una gran región de Bután repleta de amplios valles verdes, altas cumbres nevadas y rápidos ríos de montaña que se entremezclan con numerosos templos y monasterios, ofreciendo una gran variedad de paisajes, incomparables a cualquier otra zona del país.
© Shin K
Escrito por: Javier Galán
Pashupatinath, en Katmandú, es un lugar de cremaciones a orillas del río Bagmati.
© Greg Younger
Escrito por: Tania Rodríguez
Dicen que un demonio gobernó aquellas tierras. Su nombre era Mahisha, palabra de la que proviene Mysore, nuestro próximo destino: una ciudad situada al sur de la India en la que las edificaciones palaciegas y los templos se suceden en recuerdo del esplendor de antaño y sus fastuosos marajás.
© Subhadip Thakur
Escrito por: Eva del Amo
India posee algunos de los hoteles con las piscinas más espectaculares del mundo, en muchos casos enmarcadas por auténticas maravillas naturales o arquitectónicas. Todo un lujo para el descanso.
Atravesar la puerta de algunos de los hoteles que podemos encontrar en India es adentrarte en un oasis. Todo lujo de comodidades en recintos de ensueño, con rincones mágicos. Y entre sus secretos mejor guardados, maravillosas piscinas que cortan la respiración al viajero.
© Rambagh Palace
Escrito por: Enric Donate
Introducido por los ingleses, el té es uno de los productos de exportación con mayor reputación del subcontinente indio.
Cuenta le leyenda que un emperador chino se quedó dormido bajo un arbusto de camelia. Llevaba en sus manos un pequeño cuenco con agua hervida cuando una hoja cayó dentro del recipiente. Al despertarse, el emperador sorbió el líquido sin darse cuenta del ligero tinte que había adquirido. Le gustó tanto el sabor que decidió usar las hojas de aquel arbusto para aromatizar su agua hervida.
© A Vahanvati
