Colombia sin visado Schengen

Cuando se trata de descubrir un país mágico y atrayente, las distancias se acortan solas. Es el caso de los colombianos que viajan al Subcontinente Indio, que a pesar de los 15.223 km que separan a Bogotá de Nueva Delhi, sobrevuelan casi todo el planeta para gozar de la hospitalidad y la calidez que sólo se encuentra en aquella parte del mundo. El día 3 de diciembre de 2015 ha sido una día especial para todos los que, para viajar a India desde Colombia, eligen hacer escala en alguna ciudad de Europa. A partir de esta fecha, Colombia sin visado Schengen es ya un hecho, los ciudadanos colombianos no necesitan dicha visa para viajar a 26 países de la Unión Europea, más Suiza y Liechtenstein. ¡Un trampolín perfecto para acercarse a la India y sus increíbles países vecinos!

Colombia sin visado Schengen

© www.schengenvisa.cc

La eliminación del visado para estancias de hasta 90 días en el espacio Schengen, firmada el día anterior al 3 de diciembre en Bruselas abre las puertas a los colombianos no solamente al Viejo Continente. La nueva normativa les acerca también a todos estos destinos que utilizan los países europeos como ciudades de escala, por ejemplo, para vuelos de Colombia a India.

Aunque varía mucho entre las opciones de vuelo a escoger, la media de espera en escalas se sitúa en torno a 5 horas. Gracias a la eliminación del requisito de la visa es más fácil alargar aún más los tiempos de espera y dedicar 1 o 2 días para Stop Over en una ciudad europea, abierta ahora para Colombia sin visado Schengen.

Aún así, hay que tener en cuenta que para viajar a Europa desde Colombia existe una serie de requisitos, que pese a la eliminación del visado Schengen, continúan vigentes para los colombianos:

  • pasaporte electrónico o de lectura mecánica vigente
  • un boleto aéreo de ida y regreso no superior a 90 días
  • comprobante de alojamiento, bien sea en hotel o en residencia privada
  • poder demostrar la posesión de recursos económicos que garanticen su permanencia durante el viaje
  • un seguro médico en caso de accidente o emergencia hasta por 30.000 euros (unos 31.800 dólares) de cobertura.

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Viajar a Bután: 5 cosas que probablemente desconocías

Escrito por: Eva del Amo

Cualquier país es una caja de sorpresas. Incluso los más pequeños, como Bután, situado al este del Himalaya y uno de los grandes desconocidos del continente asiático. Viajar a Bután esconde secretos a voces y una mirada única de entender el mundo. Estos son cinco aspectos que probablemente desconoces de él y que te harán mirarlo con otros ojos.

Viajar a Bután

© NatFed

1. La importancia de la cultura. En Bután se da una gran importancia a las tradiciones y se trabaja muy activamente para mantenerlas. Por ley se debe respetar el estilo de las casas butanesas, con su parte superior construida en madera y decorada con coloristas motivos. En muchas ocasiones, los templos o ihakangs solo se distinguen de las casas por la amplia banda roja que tienen los muros en su parte superior.

2. La importancia del saber estar. Aunque el carácter butanés no tiende al exhibicionismo, se pide a la población que lleve ropa discreta, especialmente en las festividades religiosas, donde se da rienda suelta a la alegría pero está mal visto fumar o hablar demasiado fuerte.

Viajar a Bután

© Anja Disseldorp

Viajar a Bután

© Göran Höglund

3. La importancia de la religión. Aunque en el sur del país la población, de origen nepalí, practica el hinduismo, Bután es el único país del mundo que tiene como religión oficial la forma tántrica del budismo mahayana, que indica que cualquier entidad sensible puede obtener la Budeidad. De esta manera, se cree que dioses, seres humanos y animales tienen por igual las semillas de la naturaleza de Buda en su interior.

4. La importancia de las supersticiones. En Bután encontraremos muchísimos chortens, que son construcciones que simbolizan los cinco elementos. Pueden haber sido levantados en memoria de un lama o para proteger a los viajeros de los malos espíritus. Para que esta protección sea efectiva, las personas que pasan junto a un chorten deben dejarlo siempre a mano izquierda.

Viajar a Bután

© Donvikro

Viajar a Bután

© Denis de Mesmaeker

5. La importancia de la fertilidad. Existe en Bután un valle que permanece intacto desde tiempos inmemoriales, como suspendido en el tiempo. Es el Valle de la Fertilidad, donde los arrozales se extienden alrededor del templo de Chimi Lhakhang, consagrado al lama Drukpa Kunley, conocido como El Loco Divino. Las mujeres que no pueden tener hijos peregrinan hasta este lugar y son bendecidas por los lamas con un falo de madera. Luego emprenden el camino de vuelta a casa, observando los dibujos fálicos presentes en todas las casas del valle.

 

 

Vístete con una kira y siéntete una auténtica butanesa

Escrito por: Lorena Pérez

¿Alguna vez te has fijado en que las butanesas visten todas igual? El traje que llevan se llama kira y las distingue del resto de mujeres del mundo.

Kira

Ⓒ Nagarjun Kandukuru

Si algo sorprende al pasear por Bután, además de sus paisajes y singulares construcciones, es encontrarse a cada paso con hombres y mujeres que visten de la misma manera. El traje tradicional del país es la norma –literalmente- entre los butaneses, y es que existe un código de vestuario, conocido como Driglam Namzha, que obliga a los ciudadanos de este país a llevar vestimentas típicas siempre que acudan a lugares públicos.

La historia de estos trajes se remonta al siglo XVII, cuando el líder político, religioso y militar Shabdrung Ngawang Namgyel, decidió implantar un distintivo nacional que hiciera distinguible a la gente butanesa del resto de habitantes del mundo. Así, se aprobó que los hombres vistieran siempre un gho y la mujeres una kira.

Kira

Ⓒ yosoynuts

Si nos centramos en la kira de las butanesas, podemos decir que es un traje compuesto por muchas piezas distintas. La falda, que llega hasta los tobillos, se compone por un gran trozo de tela rectangular que se dobla para después fijarse con un cinto. En la parte superior visten elegantes blusas de colores de manga larga, coronando el conjunto con chaquetas de diferentes tejidos denominadas toego. Por lo general, sobre la kira se lleva otra kira más corta y colorida que refuerza la inferior.

Es interesante destacar la importancia de la tela con la que se fabrican la kira, ya que son las que le dan el valor a estos trajes típicos. Esta tela, generalmente muy pesada, está confeccionada a mano con mucho mimo, tardando en algunos casos más de un año en completar una sola de estas telas. El material con el que se realicen dependerá del uso que se le vaya hacer al traje: si se pretende usar la kira para días de diario se elaborará con algodón o lana, en cambio, si la compradora pretende asistir a eventos importantes o a algún día festivo con ella, el material seleccionado para confeccionar la kira será la seda.

Kira

Ⓒ yosoynuts

El precio de estas kiras comienza en torno a los 300 euros y llega hasta lo que la persona quiera o pueda pagar, dependiendo del tejido, el tiempo de fabricación y los motivos de la tela. En este precio se ve reflejado el arduo trabajo que requiere tejer, hilo a hilo y utilizando un telar manual, cada uno de los diseños.

Algunas mujeres, sobre todo las que viven en el este del país, tejen sus propias kiras eligiendo los tejidos y motivos geométricos que más les gustan. Otras se dedican profesionalmente a la confección de estos vestidos tradicionales, los cuales venden a intermediarios. Por tanto, no es de extrañar que los colores, tejidos y apliques de estos trajes indiquen el estrato social tanto de los hombres como de las mujeres: cuanta mejor sea la tela y mayor el número de brillantes que porta, mayor será el estatus de la persona.

Kira

Ⓒ yosoynuts

Colocarse la kira es todo un arte que requiere de un vídeo para aprender a hacerlo. Presta atención, practica en casa y prepárate para tu viaje a Bután. ¡Domina la técnica de la kira y deja boquiabiertas a las butanesas!

Senderismo en Bután: qué no puedes perderte

Escrito por: Eva del Amo

La mejor manera de conocer un país es a pie. Hacer senderismo en Bután es tener la oportunidad de conectar con sus paisajes, sus gentes y su esencia.

Senderismo en Butan. Monasterio de Taktshang.

© Douglas J. McLaughlin

Hay muchas posibilidades de conocer en profundidad un país, pero una de las más gratificantes es recorrerlo andando, lo que te ofrece la oportunidad de olvidarte del reloj y simplemente disfrutar de sus paisajes, sus gentes, sus costumbres y tradiciones, y en definitiva, de su esencia.

Los amantes del senderismo en Bután tienen ante sí enormes posibilidades. Los senderos atraviesan tranquilos pueblecitos y llegan a monasterios milenarios, surcando bosques y valles sagrados. La recompensa de hacer senderismo en Bután no es el destino al que se encaminan nuestros pasos, sino el viaje en sí mismo. La sonrisa de un niño cuidando los animales, el más exuberante verde que podamos imaginar y, al fondo, la ancestral vista de los imponentes picos del Himalaya, la cima del mundo dispuesta ante nuestros ojos como si fuera una auténtica postal.

Senderismo en Butan. Escuela de Timphu.

© Laihiuyeung Ryanne

Hacer senderismo en Bután es sencillo, porque existen tantas posibilidades que siempre encontraremos una cercana a nuestros gustos y necesidades. ¿Quiere dar un paseo de solo unas horas porque no está muy acostumbrado al deporte? Quizá se atreva a hacer una pequeña ruta de cinco días como complemento a su viaje por el país. O tal vez tenga una gran experiencia en senderismo y trekking y quiera realizar una ruta de senderismo al más alto nivel. Bután le ofrece todas las posibilidades, y ninguna decepciona.

Una ruta de senderismo en Bután muy corta, y adaptada a todo el mundo que tenga una mínima condición física es la que recorre los alrededores de Thimphu. La subida al monasterio de Tango se realiza a través de un camino empedrado atravesando un bosque de pinos y crisantemos, donde la espiritualidad casi se puede palpar. La llegada al monasterio permite contemplar un espectacular paisaje y disfrutar de una inconmensurable paz.

Senderismo en Bután: Thinleygang Primary School, Bhutan 2005.

© Andrew Adzic, AusAID

Si queremos pasar algunos días haciendo senderismo en Bután podemos optar por la ruta que une Thimphu con Paro, con una visita al monasterio de Taktsang o Tiger’s Nest, que hace equilibrios sobre la montaña, desafiando a la gravedad.

Y si somos expertos en senderismo y nos gustan las emociones fuertes, podemos realizar la legendaria Snowman’s Trek, una ruta de 25 días, considerada de alto nivel, ya que atraviesa 12 pasos de montaña de más de 4.500 metros de altura. Le esperan etapas duras, pero inolvidables, donde los grados de inclinación del sendero cortan la respiración casi tanto como los incomparables paisajes que podrá contemplar.

Senderismo en Bután: Snowman Trek, Butan

© yaklela

Si puede elegir, la mejor época para hacer senderismo en Bután es desde marzo a noviembre, excepto los meses de junio, julio y agosto, donde suele llover más frecuentemente. Póngase un calzado cómodo, y meta en la mochila la cámara de fotos y un extra de ilusión. Las fuerzas las encontrará a cada paso, cuando sea consciente de que está viviendo una experiencia única.

Bután con niños: ¿es seguro viajar a Bután?

Cuando viajamos con niños uno de los aspectos que más nos preocupan es la seguridad. ¿Y si queremos viajar a Bután con niños? Un viaje familiar con los más pequeños requiere un lugar donde los riesgos estén minimizados y todos los miembros de la familia puedan disfrutar por igual. Bután es el destino perfecto para conseguirlo.

Escrito por: Eva del Amo

Bután con niños

© Douglas J. McLaughlin

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La mejor época para viajar a Bután

Escrito por: Eva del Amo

El clima de Bután es muy variado, según la parte del país en la que nos encontremos. En general, la mejor época para viajar a Bután es primavera, cuando la temperatura es más agradable, o en otoño, evitando así los meses más fríos y las fuertes lluvias de los monzones.

Bután se sitúa al sudeste de Asia, entre China e India, y a los pies del Himalaya. Aunque existen planicies y valles, su orografía es muy montañosa, con un 70% del territorio conformado por bosque.

La mejor época para viajar a Bután

© Kyle Taylor

El clima en Bután varía mucho según la zona en la que nos situemos, principalmente como consecuencia de la altitud. Podemos encontrar una climatología prácticamente subtropical en las llanuras meridionales, mientras que en las tierras altas el clima es templado. La temperatura irá descendiendo progresivamente según vayamos acercándonos al Himalaya, un lugar marcado en el mapa con nieves perpetuas.

En general, en los valles centrales de Bután hay bastante contraste de temperaturas, siendo los inviernos frescos y los veranos calurosos, mientras que en las zonas más montañosas el invierno es muy frío y, en verano, el sol casi no llega a calentar, si bien esta es una buena época para disfrutar de diferentes festividades de Bután típicas.

No obstante, si podemos elegir, la época ideal para visitar el país es la primavera, ya que implica, salvo excepciones, una temperatura media más agradable, y una explosión de color en los campos, con enormes extensiones cubiertas por un manto de flores. Los meses comprendidos entre marzo y mayo son, para muchos, la mejor época para viajar a Bután por estos siguientes motivos:

  • Celebración del tshechu de Gomkora, uno de los más espectaculares de Bután.
  • Las jacarandas florecen alrededor del dzong de Punakha a mediados de mayo, tiñendo de colores lavanda este escenario de ensueño.
  • Ideal para realizar el Jomolhari Trek y Drukpath Trek, especialmente desde mediados de abril hasta finales de mayo.
  • El tshechu de Paro suele tener lugar a principios de abril. La mejor oportunidad para conocer al Rey de Bután, ya que a menudo se dirige a las festividades entre el tercer y último día, motivo por el que hoteles y servicios pueden verse desbordados.
La mejor época para viajar a Bután

© Christopher J. Fynn

El otoño es también una estación muy recomendable, especialmente si queremos hacer senderismo. Aunque desde septiembre a noviembre hace algo más frío, este periodo cuenta con una clara ventaja: el agua caída durante la época del monzón ha dejado la atmósfera muy nítida, de tal manera que todo el paisaje se observa con una claridad asombrosa. Por otra parte, en algunas zonas los colores ocres tiñen el paisaje, convirtiendo muchos lugares en una auténtica sinfonía de diferentes tonalidades. Un marco ideal para pasar jornadas inolvidables al aire libre, y perfecto para hacer decenas de fotos que parecerán una postal. Estando bien equipados, el frío que puede llegar a hacer por las noches no resultará un auténtico inconveniente.

Estas son algunas de las experiencias y motivos para viajar a Bután en otoño:

  • La celebración del Festival de la Grulla de Cuello Negro en el hermoso valle de Phobjikha.
  • Los valles del país se convierten en una sombra de oro mientras los agricultores de arroz se preparan para cosechar
  • A finales de septiembre, el tshechu de Thimphu se convierte en el mayor acontecimiento de la moderna capital de Bután. El festival también coincide con el tshechu de Wangdi, por lo que se convierte en la mejor oportunidad de asistir a dos festivales en un solo viaje a pesar de la multitud.

Por el contrario, si hay una temporada que debemos evitar es el invierno. De diciembre a febrero, la temperatura es demasiado fría, por lo que conviene escoger otra estación para visitar el país.

La mejor época para viajar a Bután

© Christopher J. Fynn

Entre mayo y septiembre, aunque la temperatura es mucho más agradable, estamos en época de monzones, por lo que nos podemos encontrar con fuertes lluvias y crecidas de los ríos, especialmente en junio, julio y agosto. La intensidad del monzón, en cualquier caso, varía cada año. Es cuestión de suerte que nos encontremos con más o menos lluvia, aunque ésta hará acto de aparición con total seguridad.

¿En qué época te gustaría viajar a Bután?

Yeti en Bután

Escrito por: Lorena Pérez

El misterio del Yeti se extiende por todo el Himalaya, y es en Bután donde se da el mayor número de testimonios sobre este legendario ser. ¿Pero existe de verdad el Yeti en Bután?

Jemong, Dremo, Migo, Shupka muchos son los nombres que diferentes regiones del Himalaya han utilizado históricamente para referirse a un animal peludo, que camina erguido y deja a su paso un olor nauseabundo y huellas de humano. Quienes aseguran haberlo visto hablan de un animal huidizo que aparece de noche, de más de dos metros de altura, completamente cubierto de pelo, y que posee la capacidad de producir graznidos semejantes a los de una gaviota. En las zonas donde dicen haberlo visto, el Yeti –o “abominable hombre de las nieves”- es venerado y temido a partes iguales, y su existencia está profundamente arraigada a la cultura y creencias del pueblo.

Yeti en Bután

© ryanne lai

Muy pocos occidentales se han visto las caras con el Yeti, y los que afirman su existencia lo consideran un pariente lejano del orangután, descendiente del Ramapithecus que habitó en la Cordillera Himalaya millones de años atrás. Muchos otros científicos, cuyas únicas pruebas de existencia se extraen de los relatos de los habitantes de la zona, se preguntan si en realidad este legendario ser no será un simple pariente del oso, animal poco conocido por los lugareños. La realidad es que los análisis de pelos y otras pruebas encontradas nunca han arrojado luz sobre el asunto y en los resultados no se han identificado coincidencias con ninguna especie conocida hasta el momento.

Yeti en Bután

© Jacob…K

Aunque la leyenda del Yeti se extiende por todo el Himalaya, es en Bután donde mayor número de testimonios sobre su existencia han sido encontrados. Por ello, es el único país del mundo que cuenta en su territorio con un parque natural expresamente declarado para la protección y permanencia del Yeti. Este parque nacional, llamado Santuario de Fauna Salvaje de Sakteng se encuentra ubicado en el extremo este del país, y cuenta con un área de unos mil kilómetros cuadrados de zona protegida. Esta zona repleta de biodiversidad cuenta con extensos bosques en los que los pastores de yaks, que pasan largas temporadas en el monte, consideran al Yeti un animal más dentro de la fauna autóctona del lugar, y afirman haber sido participes o haber oído decenas de historias sobre encuentros fortuitos con el primate en diferentes épocas del año y de la historia.

En Bután pocos dudan de la existencia del Yeti. El respeto y el temor que sienten por este ser queda reflejado en los nombres por los que se le conoce -Migou, Migo o Mirgou- todos ellos con una traducción literal de “Hombre Poderoso”. Además, generación tras generación las historias de supuestos ataques, raptos de niñas y robo de ganado por parte del Yeti han aumentado su fama. Los moldes de escayola de sus supuestas pisadas y los restos de su rojiza cabellera guardados como valiosísimas reliquias por los monjes de los monasterios y usados como objetos ceremoniales han hecho el resto.

¿Podrá algún día descubrirse la verdad sobre esta leyenda que lleva décadas atrayendo a montañeros, científicos y curiosos a las zonas montañosas del Himalaya?

¿Sabías que la India es el único destino donde puedes conocer al tigre de Bengala en libertad?

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