Dzong de Bután: descubre los secretos de las fortalezas

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Escrito por: Eva del Amo

Uno de los encantos de Bután son sus Dzong, las fortalezas-monasterio que aparecen por todo el país. Sus altos muros esconden secretos, e irlos desentrañando poco a poco constituye todo un reto para el viajero.

© Christopher Fynn

© Christopher Fynn


Descubrir la arquitectura jong es uno de los múltiples motivos por los que merece la pena ir a Bután. El país cuenta con diferentes dzongs o fortalezas-monasterios, que se construyeron principalmente en el siglo XVII con fines defensivos, administrativos y religiosos, ya que, por su ubicación, eran perfectos para la vida tranquila y meditativa que necesitan los monjes budistas.

Tras sus altas torres defensivas y sus muros de ladrillo o piedra, muchas veces pintados de los colores más típicos del Himalaya, el blanco, el rojo o el dorado, se esconden espacios muy delimitados, con estancias de suelos chinos y patios llenos de encanto, profusamente decorados al estilo budista. Su entrada, en madera y hierro, nos da la bienvenida de una forma recogida, mientras que sus ventanas, escasas y pequeñas, nos aíslan del mundo exterior.

© Christopher J. Fynn

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© Rainer Haeßner

© Rainer Haeßner


Hoy en día, los dzongs forman parte de la organización territorial de Bután, situándose a la cabeza de cada distrito y reuniendo en su interior al poder ejecutivo, legislativo y judicial, al tiempo que en su interior conviven política y religión.

Entre los más importantes del país se encuentra Dzong Gasa, situado en la parte noroccidental de Bután y cerca de la ciudad de la que toma el nombre. Su preciosa ubicación se debe a que su construcción, en el siglo XVII, fue concebida tomando como base las leyes fundamentales de la meditación. En 2008 fue dañado por el fuego, pero posteriormente recuperado.

Dzong Tashichoe, situado al norte de Timbu y a la orilla del río Chu, es un magnífico ejemplo de construcción a medio camino entre palacio, fortaleza y monasterio budista. Su estructura blanca de dos pisos, con torres de tres pisos en cada una de sus esquinas, y techos de oro en tres niveles, llama la atención por su armonía, protegiendo a otra edificación interior. Esta fortaleza-palacio alberga la sala del trono y las oficinas del rey de Bután, así como los ministerios de Interior y Economía, que en todo momento quedan protegidos por una estatua del Buda Shakyamuni.

© Rainer Haeßner

© Rainer Haeßner

Dzong Punakha, situado en el distrito del mismo nombre, está ubicado a más de 4.000 metros sobre el niel del mar, en la confluencia de los ríos Pho Chu y Mo Chu. Aquí se celebra, una vez cada cien años, el festival más famoso de Bután, unos festejos que duran diez días y al que llegan a acudir casi 400.000 personas, prácticamente la mitad de la población que tiene el país.

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