Viajar a Jaisalmer, las puertas al desierto

Escrito por: Verónica Aranda

Según la escritora y filósofa Chantal Maillard, Jaisalmer es una contradicción: a la vez un amplio mercado atrayente y bullicioso y un fuerte austero labrado en pleno desierto.  Viajar a Jaisalmer es hacerlo a la última ciudad al noroeste de la India, cerca de la frontera con Pakistán, en el extremo de la vasta extensión del desierto del Thar.

Viajar a Jaisalmer: Fuerte de Jaisalmer

© Koshy Koshy

El fuerte de Jaisalmer, es una visión impresionante: un gran castillo color piel de león, labrado en piedra arenisca, que surge de las llanuras arenosas como un espejismo de una época pasada. Esta remota ciudad adormecida se ha transformado en uno de los destinos más turísticos de todo Rajastán.  Fue fundada en el siglo XII por el príncipe Jaisal, del clan rajput Bhatti. Durante algunos siglos, la ciudad fue un floreciente centro de comercio estratégicamente situado en la ruta de las caravanas a Afganistán y Asia Central.

Viajar a Jaisalmer: Golden City, Jaisalmer

© Daniel Mennerich

Si decides viajar a Jaisalmer, te enamorarás de sus monumentos. La arquitectura de la Ciudad Dorada, es un ejemplo de adaptación al clima agreste del desierto. La ciudadela corona la colina Tricuta con muros de 6,4 kms de longitud y 9 metros de altura, y con laderas escarpadas por debajo de los 99 bastiones. Dentro de la ciudadela, formada por un laberinto de diminutas callejas, encontrarás impresionantes havelis, antiguos palacios de mercaderes y ministros de la ciudad, construidos en el siglo XIX. Las havelis Salim Singh, Nathmajli y Patwon son los más refinados exponentes de esta arquitectura, con fachadas de piedra dorada labradas de manera exquisita, celosías con distintos motivos y hermosos murales.

En el corazón de la ciudadela se levanta un grupo de siete templos jainistas interconectados, construidos entre 1470 y 1536 por los ricos mercaderes de la ciudad. Están bellamente labrados y se consagran a los tirthankaras jainistas como Rishabdeo o Parsvanatha.

El palacio de Maharawal es otra de las grandes atracciones del fuerte y tiene sabor rajput, con su rica mampostería de la fachadas y sus estancias decorativas. Es un buen lugar para contemplar la puesta de sol.

Viajar a Jaisalmer

© sabamonin

El lago Gadsisar es otro de los puntos importantes de la ciudad, en otro tiempo único suministro de agua de Jaisalmer. Vale la pena rodear el lago para ver sus ghats y templos.

Otro paseo imprescindible es el colorido bazar Manik Chowk, situado a la entrada del fuerte, donde te puedes hacer con mantas de pelo de camello, tejidos bordados y joyas de plata.

Viajar a Jaisalmer

© Evgeni Zotov

No te puedes ir de Jaisalmer sin pisar el desierto, haciendo una excursión a las Sam Sand Dunes, a 45 kms de la ciudad. Sus ondulantes dunas se pierden en el horizonte. Lo ideal es recorrerlo en camello y hacer noche allí, para sentir la verdadera magia de las arenas del desierto.

Coincidiendo con la luna llena de enero a febrero, se celebra el exótico Festival del Desierto. Durante tres días se organizan carreras de camellos, danzas, espectáculos de títeres, además de desfiles con trajes tradicionales, elefantes ornamentados y bandas de música.  Acuden gentes de toda la comarca, y al final de las celebraciones tiene lugar un viaje a Sam Sand Dunes, donde el paisaje del desierto y la luna se mezclan con el resplandor de las hogueras.

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De safari en India: parques nacionales de India

Ver tigres de Bengala © Mariano Alfaro
India es un país de contrastes en el que hay cabida tanto para los amantes de las playas más exuberantes como para aquellos que buscan encontrarse a sí mismos a través de la meditación y la naturaleza. Así, los más aventureros descubrirán que el mundo salvaje trasciende África y se cuela en los parques nacionales de India en forma de safari, donde es posible toparse con espectaculares tigres de Bengala, leopardos de las nieves, leones asiáticos, rinocerontes, elefantes o bisontes indios, entre otras muchas especies únicas.

Escrito por: Tania Rodríguez

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Viaje a Nepal: dando vueltas alrededor de Boudhanath

Escrito por: Javier Galán

Puede que Boudhanath, una de las estupas más grandes de Nepal y del mundo se levantase en honor a Buda, pero quien ha tomado últimamente el mando son los pájaros. Y como tiene forma circular, así como la plaza que la circunda, las cientos de palomas que allí se buscan la vida van dando vueltas hasta que alguna anciana o monje les entrega su ofrenda con forma de pan. El viaje a Nepal y visita la estupa a las afueras de Katmandú se convierte en una parada obligatoria.

Viaje a Nepal: Boudhanath

© Michael Foley

En ese aspecto los pájaros son tratadas como divinidades. Aunque no hagan otra cosa que asustar con sus multitudinarias desbandadas a todos aquellos que visitan, se ganan la vida, rezan o pasan el rato en los alrededores de esta construcción religiosa con forma de montículo que, según a quien se pregunte, contiene un trozo de hueso del propio Buda.

Viaje a Nepal: Boudhanath

© Benjamin Jakabek

Quizá por eso atrae a tantos visitantes por las mañanas y, una vez que estos se marchan, se convierte en el foco de locales y religiosos, que dan vueltas mientras rezan. Si nos acercamos un poco más veremos por qué: incrustadas en la pared exterior, en grupos de cuatro o cinco, se encuentran las 147 ruedas de plegaria que tanta gente hace rodar al día a la vez que recita el mantra Om mani padme hum.

Y todo esto ocurre bajo la atenta mirada de la propia estupa. Recorramos sus diferentes partes, creadas para recordar el camino que hay hacia la iluminación, para entender por qué: la base es un rectángulo que simboliza la tierra. Encima, una cúpula esférica de blanco nuclear que se pinta año tras año y representa el agua. Y encima el fuego lo representa un cubo dorado que lleva pintados los ojos de Buda. Por encima se alza una aguja (aire) y una especie de paraguas (el vacío), pero quedémonos en esos ojos.

Viaje a Nepal: Boudhanath stupa, Kathmandu, Nepal

© Sarahtz

En lo que habrán visto, alzándose sobre tantísimos templos construidos alrededor de este lugar sagrado, bajo su abrigo, desde que era el lugar de descanso tras la primera etapa de la ruta comercial que unía Katmandú y Lhasa, en el Tíbet. Donde los mercaderes rezaban antes de encabezar sus yaks hacia el Himalaya. Y donde ahora viven muchos tibetanos que dejaron sus hogares tras el levantamiento tibetano de 1959.

Y de ahí a los mercaderes que ahora tratan de una manera muy respetuosa de vender sus figuritas de Budas sonrientes, de los niños que se persiguen en círculos, a esa anciana que, quizá por haberlas acostumbrado día a día, puñado a puñado, consigue que varias palomas se le posen tranquilamente sobre sus encorvados hombros. En tu viaje a Nepal es posible respirar la paz.

Cosmética Ayurvédica ¿Dónde encontrarla?

Escrito por: Enric Donate

Aunque el ayurveda es una práctica milenaria, en los últimos años está experimentando un éxito sin precedentes dentro y fuera de las fronteras indias. El interés general por los productos orgánicos y la medicina natural se ha trasladado recientemente también a la cosmética. La cosmética ayurvédica es para muchos, un recuerdo o regalo perfecto, tras su viaje a la India. 

Cosmética Ayurvédica

© Incredible India

Cada vez hay más marcas que aprovechan los principios de la medicina ayurvédica para elaborar productos naturales de gran calidad. La marca más conocida y accesible es HIMALAYA. Fundada en 1930 en Dehra Dun, su amplia gama de cremas, productos de higiene personal y medicinas herbales es abrumadora. Además tienen precios económicos y una distribución excelente, por lo que los podrás encontrar en casi todas las farmacias además de sus tiendas especializadas. El bálsamo labial, la pasta de dientes y la arcilla para luchar contra el acné son algunos de sus productos estrella.

Cosmética Ayurvédica

© Biotique

BIOTIQUE compite con Himalaya en precio y variedad. A diferencia de la anterior, no comercializan medicamentos ayurvédicos, y sus productos se centran más en el trabajo con las esencias. La marca tiene el asesoramiento de unos laboratorios suizos por lo que sus texturas son más refinadas. Está presente en farmacias, aunque es más fácil encontrarlo en supermercados o las propias tiendas Biotique. El exfoliante de papaya, la crema hidratante de gérmen de trigo y la colección de cosmética infantil y para pieles sensibles se encuentran entre nuestros favoritos.

Cosmética Ayurvédica

© Forest Essentials

Los que buscan unos cosméticos más sofisticados deben dirigirse a KAMA o FOREST ESSENTIALS. Ambas marcas han florecido en los últimos años y han puesto en el mercado unos productos más exclusivos con un excelente trabajo con las esencias para que fragancia y cosmética ayurvédica vayan de la mano. El agua de rosas de Kama combinada con su Kumkumadi Miraculous Beauty Fluid es ideal para pieles secas. También hay que tener en cuenta sus jabones naturales. Por su parte, la loción de jazmín de Forest Essentials y su máscara facial de sándalo de Mysore son excepcionales. Búscalos en los mercados más exclusivos de Delhi, Bangalore y Mumbai y en los grandes centros comerciales.

Parece que el ayurveda tiene un futuro prometedor, y si lo pruebas, nos consta que te va a ser difícil olvidarlo. Por desgracia, a día de hoy, es muy difícil encontrar cosmética ayurvédica de esta calidad en España o América Latina, por lo que aprovecha tu viaje a India para proveerte de una buena selección.

¿Sabías que en Bután la felicidad se mide como si de una tasa de bienestar se tratase?

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Calor en India: ¿mito o realidad?

Escrito por: Eva del Amo

Muchas personas, por motivos laborales, sólo pueden viajar a India en verano. Una idea que en muchos casos es desestimada por el calor. Pero… ¿es un motivo lo suficientemente importante como para desestimar el viaje? ¿Hace calor en India?

Calor en India - Haji Ali Dargah

© Humayunn Peerzaada

Aunque es cierto que desde septiembre a finales de marzo el clima en India es mucho más benigno para el viajero, la realidad es que cualquier época del año es buena para viajar a India.

Calor en India - Jaisalmer

© Paulrudd

Durante el otoño, invierno y primavera europeos, el norte de India es fresco y el sur es agradablemente caluroso, lo que invita a conocer las playas del país. Sin embargo, en estos meses hay que tener en cuenta que las zonas montañosas pueden ser muy frías.

De abril a junio las temperaturas suben, pero de julio a septiembre la sensación de calor disminuye significativamente con la llegada del Monzón. Éste llega escalonadamente a partir de los primeros días de junio, desde el sur hasta el norte, pero hay que tener en cuenta que antes de retirarse de India descarga en Tamil Nadu, entre octubre y noviembre.

Calor en India - Goa

© Adam Jones

Si el viaje a India se puede elegir entre julio y agosto, el segundo mes es más recomendable que el primero. En función de los intereses del viajero, su edad y condición física, los expertos en India pueden recomendarle itinerarios donde podrá disfrutar plenamente en los meses de verano, como el precioso valle de Cachemira o Ladakh, escenarios donde el Monzón es más suave y las temperaturas son muy agradables.

En cualquier caso, si decide visitar India en verano, para evitar los efectos del calor basta aplicar soluciones lógicas. Levantarse temprano para admirar las sorpresas y tesoros que cada día nos aguardan es una buena solución, de manera que en las horas centrales del día el viajero puede disfrutar de unas horas tranquilas y relajadas en las magníficas piscinas que poseen muchos de los hoteles en India. Para innumerables viajeros, ésta es una excelente manera de combinar un viaje cultural con momentos de ocio y descanso.

Calor en India - Golden Temple (Amritsar) -

© Adam Jones

Llevar un gorro y gafas oscuras, y utilizar protector solar se considera imprescindible, especialmente en playas, desiertos y las altas laderas de las montañas. Asimismo, hidratarse convenientemente hará que no tengamos tanta sensación de calor.

India recibe viajeros en todas las épocas del año. Ningún fenómeno atmosférico es excusa para no visitar el país, pero la información previa es siempre la máxima garantía para disfrutar.