Amor sin fronteras: así celebramos la boda de nuestro compañero Nakul junto al Taj Mahal

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El destino reserva numerosas sorpresas para quienes nunca dejaron de apuntar al amor, los sentimientos y la fraternidad. Estos días lo podemos confirmar tras celebrar la boda de nuestros queridos Nakul y Natalia en la ciudad de Agra. 

Escrito por: Alberto Piernas

La historia que completa ‘Las mil y dos noches’

Existen historias que superan a cualquier película de Bollywood. Relatos modernos que bien podrían formar parte de una nueva selección de Las mil y una noches, inspirar una comedia romántica de Julia Roberts o convertirse en motivo de una novela a releer mientras suspiramos. La historia que aquí nos ocupa tuvo lugar un día cualquiera de 2016 en la romántica ciudad de Udaipur, en Rajastán. El dios del amor Kamadeva espiaba desde lo alto de un palacio hasta que apuntó con el dedo a dos jóvenes que se encontraban en la ciudad de los lagos. Sus nombres eran Nakul, un joven guía nacido en la ciudad de Agra; y una fisioterapeuta española llamada Natalia. Un encuentro, confesiones bajo las estrellas y la certeza de que todo el cosmos había planeado un encuentro que merecía ser eterno. Sin embargo, en el mundo de las relaciones a distancia y la globalización, el «querer es poder» solo entiende de un visado y un vuelo para escribir un nuevo capítulo.

Tras meses de vaivenes y una separación que parecía definitiva, en 2020 Nakul viajó a España para instalarse en Madrid como parte del equipo de Asesoría de Viajes de Sociedad Geográfica de las Indias y volvió a re-conectar con Natalia. Ella siempre dice que el momento en que recibió el mensaje sufrió un vuelco en el estómago. Era la certeza de que algunas historias, lejos de ser efímeras, estaban ya escritas.

La cuenta atrás ha estado llena de preparativos, deseos y diálogos secretos entre dos países de los que todos hemos sido espectadores. Finalmente, Nakul y Natalia decidieron celebrar su boda en Agra, la ciudad natal de Nakul, como mejor forma de festejar su amor, sino la unión con todas las personas que han formado parte de un relato inolvidable que ya quisieran para sí Kipling o Rushdie.

Kamadeva habló

La palabra ‘raatba’ es muy utilizada en India y viene a ser «una conexión inexplicable entre dos personas». La dirección de los monzones, el despegue de un avión, las huellas del príncipe Sha Jahan, quien mandó construir el Taj Mahal en honor de su esposa. Estrellas fugaces y tumbadas sobre las montañas, un WhatsApp que llegó a tiempo, una pandemia de tragedias pero también la certeza de aprovechar la existencia . Que la vida son dos días y algunas reencarnaciones demasiado lejanas como para esperar sentados. Todos los entresijos del universo parecían escribir el ‘raatba’ de Nakul y Natalia, tal y como el equipo de Sociedad Geográfica de las Indias pudo comprobar in situ.

El pasado 22 de septiembre, todos los asistentes a «la boda del año» lucíamos nuestros kurtas y saris dispuestos a dejarnos llevar, incluso flotar, por un mar de pétalos. Entre nosotros habían colores que aún no existen, en las calles se escuchaban tambores de alegría y Natalia llegó en una carroza ante la mirada de todos los presentes. Al entrar al coqueto recinto elegido por los novios, nos dimos cuenta de que, en efecto, el raatba tenía sus propios planes. Frente a nosotros, un radiante Taj Mahal parecía bendecir este vínculo entre India y España celebrado entre bailes de Aserejé y Jimmy Jimmy Aadja, manjares indios en una colorida barra al final del jardín y un altar donde los cuencos se repartían para consumar la unión en forma de hierbas aromática, votos y promesas.

Sentados allí, frente a dos novios felizmente casados, muchos sonreímos, algunos incluso lloramos. Alguien miró de reojo y vio a Kamadeva sentado en el último asiento. El raatba flotó para confirmar que la unión no solo se basa en dos personas sino, en pocas y especiales ocasiones, incluso dos países que se abrazaron entre miles de pétalos.

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