Viajar a Bangalore: el parque Cubbon, un paseo por la botánica

Escrito por: Esther Pardo

En pleno centro de Bangalore, rodeado y ocupado por edificios de estilo neoclásico tan emblemáticos como el Museo Arqueológico, el Acuario o el Tribunal Supremo de Karnataka, se encuentra uno de los pulmones de la ciudad y un gran centro de ocio: el parque Cubbon. Una razón más para viajar a Bangalore.

Viajar a Bangalore. Yoga en el Parque Cubbon

© Parshotam Lal Tandon

Correr, ir de picnic, practicar yoga, meditar o dar un paseo por sus avenidas plagadas de naturaleza, son sólo algunas de las actividades que se pueden hacer en este parque público, una de las señas de identidad de la ciudad de Bangalore. Diseñado  en la segunda mitad del siglo XIX (1870), cuando la India aún estaba bajo la dominación británica, el nombre fue tomado de Sir Mark Cubbon, uno de los comisionados más influyentes de la urbe. Allí se alojaron tanto oficinas como edificios públicos, que aún siguen manteniendo su actividad. Algunos, como la Biblioteca, ubicada en pleno centro del parque, o el Tribunal Supremo tiñen con sus ladrillos rojizos la vista de quien se acerca a esta zona verde.

Viajar a Bangalore. Biblioteca en Parque Cubbon

© Parshotam Lal Tandon

Como buen espacio de ocio da cabida a todos las edades, gracias a sus instalaciones recreativas y deportivas. Los niños son parte del público que más disfruta del Cubbon, ya que allí disponen del ya famoso tren de juguete que, junto a las atracciones, es uno de los puntos fuertes de la visita. Y para quienes prefieran la lectura de un buen libro, ni siquiera tienen que llevarlo. Dos bibliotecas surten de material a todo aquel que quiera acercarse. También se puede aprovechar el viaje asistiendo a algunos de los cursos que se imparten en el recinto. Y la temática no puede ser más variada: desde cerámica hasta aeromodelismo.

Pero, sin duda, quienes más podrán sacar partido serán los amantes de la naturaleza. Entre especies autóctonas (ficus, caña fístula, árbol del pan, polyalthia…) y exóticas (bambú, roble plateado, millettia, peltophoru, aguaribay…), se da cabida a más de 96 especies, con un total de 6.000 árboles y plantas, que los naturalistas podrán admirar libres de tráfico, si hacen la visita entre las cinco y las ocho de la mañana. No hay que perderse tampoco las avenidas que dan simetría a este parque y que están adornadas por araucarias, castaños, swietenias, higueras de Java o polyalthias. Mención aparte se merece el árbol gulmohar, que puebla de flores rojas el paisaje.

Viajar a Bangalore. Avenida en Parque Cubbon

© Augustus Vinu

Sin embargo, las diferentes especies de flora y fauna (que a nadie le sorprenda encontrarse con varios monos por el camino) no son las únicas pobladoras del parque.

Viajar a Bangalore. Estatua de la Reina Victoria en Parque Cubbon

© Amol.Gaitonde

La Reina Victoria, Gandhi, el Rey  Eduardo VII, y dirigentes locales como Sri. Chamarajendra Wodeyar, el citado Sir Mark Cubbon o Sir K. Sheshadri Iyer son testigos de excepción del lugar.

Otro de los rincones más significativos del parque lo constituye el kiosco de música, añadido a posteriori. Sin embargo, es de los lugares que peor se ha conservado, dada la falta de mantenimiento de la que adolece el lugar. A pesar de todo, este parque sigue siendo uno de los lugares de obligada visita en Bangalore, localidad a la que se la conoce también, gracias al Cubbon, con el sobrenombre de  “Ciudad Jardín”.

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7 mercados en India que no te puedes perder

Escrito por: Eva del Amo

India es, ante todo, un país de contrastes y los mercados en India son, probablemente, los lugares que mejor recogen la idiosincrasia de un país donde todo es exuberante.

Siete mercados en India con encanto que no debes perderte

© Purshi

En los mercados en India embriaga el aroma a flores, los colores intensos de las especies y las sedas con mil y un estampados. Pero también podemos encontrar en ellos toda clase de frutas, guirnaldas y pescado que aún se pesa en antiguas balanzas. Lugares donde comprar agua sagrada del Ganges o pétalos de jazmín dispuestos en sacos para las ceremonias de los templos. Los mercados en India: rincones con tanta magia, que un paseo por sus puestos se convierte en un regalo para los sentidos.

1. En Calcuta podemos visitar el mercado de las flores, a orillas del río Hoogly, donde nos sorprenderemos de las diferentes tonalidades que adquieren los amarillos, rosas y naranjas de los pétalos. Por la tarde, las mujeres hindúes los lanzan al río en señal de ofrenda.

Siete mercados en India con encanto que no debes perderte

© Ilasun

2. En Varanasi, cerca del ghat principal del Ganges, encontramos un típico mercado local, caótico y encantador. Puestos con samosas o deliciosos jugos de frutas, otros que venden verdura o artesanía… el cuadro cromático resulta simplemente perfecto.

Siete mercados en India con encanto que no debes perderte

© Chris Brown

3. Devaraja Market, en Mysore, esconde un tesoro mágico de tintes en polvo, tallas de madera e increíbles variedades de incienso perfumado. El lugar perfecto para adquirir un sari de seda, darse un paseo entre frutas que jamás hayan visto nuestros ojos o mantener una educada conversación con alguno de los vendedores.

4. Si estamos en Jaipur no podemos dejar de visitar sus mercados callejeros, llenos de colorido y exotismo. Ubicados en la parte vieja de la ciudad, y envueltos en un incesable trasiego de gente, en ellos encontraremos todo lo que podamos imaginar, desde alfombras o muebles, a objetos de latón, flores o colchas de seda. El regateo es obligatorio, pero forma parte del encanto.

Siete mercados en India con encanto que no debes perderte

© Adam Jones

5. El mercado de Orchha es tranquilo en medio del inevitable bullicio. ¿Quieres una talla de madera de teca pintada a mano? Aquí la puedes encontrar. ¿Quizá una joya? Aprovecha el momento. Al estar alejado de las rutas más turísticas, este mercado tiene unos precios estupendos.

Siete mercados en India con encanto que no debes perderte

© McKay Savage

6. Si quiere visitar un mercado de pescado, dirige tus pasos al bazar de Cochin, donde podrá encontrarlo al lado de las redes de pesca en el que los peces se han enredado apenas un par de horas antes. Elige la variedad que más te guste entre las doradas, calamares o tiburones que encontrarás, y acude al restaurante concertado con el puesto, donde te lo harán al momento. ¡Más fresco imposible!

7. Y si lo que buscas es una tela realmente especial, no dejes de pasear por el mercado de Amritsar, un laberinto fascinante para perderse en él, que esconde unos tesoros textiles difíciles de describir por la variedad de sus ricas composiciones, el tacto que transmiten o sus increíbles y vibrantes colores. Acude después a un sastre local y te confeccionará la chaqueta o el vestido de tus sueños, siguiendo estrictamente tus indicaciones.

Siete mercados en India con encanto que no debes perderte

© Lampinaki

El templo dorado de Amritsar [VÍDEO]

La ciudad de Amritsar, próxima a la frontera paquistaní, es una de las joyas aún por explorar por los occidentales. Este epicentro cultural y espiritual del sijismo alberga el Templo Dorado de Amritsar, centro de peregrinación religioso al que los sijs deben acudir al menos una vez en la vida. La espiritualidad, la belleza y las buenas prestaciones para el turista son garantes de una estancia mágica.

Escrito por: Esther Pardo

 

Templo Dorado de Amritsar de noche

© Arian Zwegers

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Parques naturales de India: lugares de cuento

Escrito por: Tania Rodrígeuz

La madre naturaleza se muestra en sus plenas facultades y expresiones en los parques naturales de India. Pocos países en el mundo gozan de semejante diversidad y, en consecuencia, de tal número de Parques Naturales -actualmente hay cerca de cien Parques Nacionales de India-, lo cual supone un área territorial de casi 40.000 kilómetros cuadrados.

La belleza y majestuosidad de estos espacios de protección natural conlleva una mayor atención turística, sin embargo, la mayoría de los tours de estas características se centran en cuatro o cinco nombres, entre ellos el Parque Nacional de Bhandavgarh o de Pench, olvidándose –o relegando a un segundo plano- a otros destinos igualmente sorprendentes. Muchos de los parques naturales de India son unas joyas todavía por descubrir. A ellos dedicamos hoy este artículo.

parques naturales de India

© vaidyarupal

Uno de los espacios de mayor valor del país se halla en el Bosque de Gir, ubicado dentro de una reserva natural en el estado de Guyarat. En India se refieren a este lugar como el Santuario, una región de más de mil kilómetros de extensión en la cual se topa el Bosque mencionado –antiguamente coto real de caza-, en el que viven los últimos ejemplares salvajes de león asiático, aproximadamente entre unos 200 y 260. Además de este tipo de felino, es posible avistar leopardos, tigres, gatos de la jungla, hienas rayadas, chacales, mangostas indias y gatos monteses. Más al norte, en el estado de Uttaranchal, se sitúa el Parque Natural conocido como Valle de las Flores, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco a finales de los noventa. Alberga una amplia variedad de fauna y flora, esta última responsable de la gran belleza de sus laderas y prados, atestados de orquídeas, papaveráceas, caléndulas o margaritas, entre otras flores.

Parques naturales de India: Valley of Flowers National Park

© Prashant Ram

Los amantes del mar hallarán en el Parque Nacional Marino del Golfo de Mannar un tesoro submarino exquisito, formado debido a la franja de tierra que en su día unió India con Sri Lanka. Impresionantes corales, peces payaso, delfines, serpientes de mar, tortugas, ballenas y un sinfín más de especies marinas hacen de este ecosistema un paraíso para buceadores y Julios Verne modernos.

Parques naturales de India. Thar Desert

© Sankara Subramanian

Como contraposición, al noroeste de India, haciendo frontera con Pakistán, se encuentra en pleno Desierto de Thar el Desert National Park, uno de los de mayores dimensiones del país con más de tres mil kilómetros cuadrados. Su atractivo reside en sus magníficas dunas de arena onduladas, sus noches estrelladas, sus silencios como de otro mundo, sus rutas en camello, sus safaris en jeep, sus pueblos blancos de adobe y, cómo no, sus restos fósiles de dinosaurios con seis millones de años de antigüedad. Los mejores meses para visitar este fascinante Gran Desierto Indio declarado Parque Nacional van desde noviembre a enero.

Otros espacios naturales dignos de ser visitados son los de Ranthambore, uno de los más grandes del país situado en el estado norteño de Rajastán, conocido por su población de tigres en estado salvaje; así como el Parque Nacional de Pin Valley que, debido a su proximidad con el Tíbet, presente una gran influencia de esta cultura siendo habitual toparse con lugares sagrados y monasterios de singular atractivo. Debido a su altitud, los meses más recomendables para visitar la zona van de julio a octubre. Por otro lado, en el sur de India, se halla una de las maravillas naturales más llamativas de la región, las verdosas montañas Ghats (Patrimonio de la Humanidad).

Parques Naturales de India. Valle del Silencio.

© Indianature SG

Allí, en los Ghats del suroeste, sobre las Colinas Nilgiri, está el Parque Nacional Valle del Silencio, un lugar tranquilo y apartado, atrapado por la inmensidad de los bosques húmedos tropicales de la zona. Regado por el río Kuntipuzha a lo largo de más de quince kilómetros, este exótico valle cuenta además con la mayor población de Monos de Cola de León del mundo, un primate en peligro de extinción. Todos estos rincones naturales no hacen sino reivindicar a esa otra India alejada del caos de la ciudad, los bailes exóticos y las playas hippies. Esa India que, en silencio, continúa enseñándonos a disfrutar de lo que nos rodea con muy poco.

Viajar a Varanasi – la espléndida ciudad

“… pero ya es la víspera, y con el alba
armados de una ardiente paciencia,
entraremos en la espléndida ciudad.”
Rimbaud

Varanasi, (Benarés), es la ciudad más sagrada para los hindúes. Viajar a Varanasi – a un destino ansiado y también la ciudad donde muchos van a morir. Pero digámoslo abiertamente: Varanasi puede ser infernal. Especialmente el centro de la ciudad. Pero visitarla una vez en la vida,  es una obligación para el viajero.

viajar a Varanasi

Ⓒ Foto cedida por nuestra viajera U.B.A. a Sociedad Geográfica de las Indias

Antes de que amanezca, una marea de peregrinos y visitantes se dirigen hacia el Ganges –el río sagrado-, muchos de ellos para  cumplir el rito de la purificación mediante la inmersión en el río. Los varones lo hacen en calzoncillos o calzonas, las más de las mujeres vestidas con el sari. Relacionar purificación con sumergirse en las aguas putrefactas de este río se deja para los estudiosos, pero a la vista del hombre de otras latitudes, parece un despropósito completo. Pero el espectáculo, contemplado al amanecer  en los ghats  cerca del templo de Kashi Vishwanath, cuando el sol embellece aun más los saris de las peregrinas  y dora las paredes de los templos, es indescriptiblemente emocionante, literalmente inolvidable. Contemplado en directo te deja perplejo.

Viajar a Varanasi

Ⓒ Foto cedida por nuestra viajera U.B.A. a Sociedad Geográfica de las Indias

Para llegar allí, te abres paso entre una multitud de todas las edades- los hombres con ropas muy gastadas de color de azafrán-  hay gran variedad de sonidos, y a medida que te acercas al Ganges la condensación humana se hace más y más densa hasta el punto de abrirte paso a empujones para no perder al guía. Luego damos un paseo por las calles muy estrechas en busca de algún templo y de los lugares de cremación –que parecen leñeras-. La zona entera es una inmundicia. Cagadas de vaca (“caca de vaca”, nos dicen continuamente cuando descubren nuestra nacionalidad), ratas, perros y naturalmente vacas –a veces tienes que subirte donde puedas para que puedan pasar. El olor de la madera o los cuerpos quemados contribuyen a crear un hedor notable. Al salir de este laberinto de calles Lalit exclama: “salimos del infierno”.

© Rixatrix

© Rixatrix

Al anochecer, junto al citado templo de Kashi Vishwanath se celebran ritos religiosos en honor del dios/río. Muy coloristas, enormemente estéticos, oficiados por jóvenes con rasgos occidentales. Con música en directo y sonidos producidos por la variedad de campanas que manejan los oficiantes, perfectamente coordinados. Lo vemos desde una terraza donde nos ha llevado Lalit, y por cuyo uso tenemos que pagar a un mal encarado por habernos conducido hasta allí. “Es un robo”, dice Lalit, completamente indignado porque alguien se aproveche de los asuntos religiosos. Para llegar a la terraza, hemos subido unas escaleras completamente a oscuras y atravesado una habitación parcialmente a cielo raso donde un anciano –que parece muy enfermo- se incorpora ligeramente al oírnos.

Salimos  de allí en busca de nuestros conductores de rickshaw, taxis bicis, que están con otros muchos en un solar en ruinas completamente a oscuras, siniestro, y que daría la sensación que nos han llevado allí para asaltarnos. Nos van sacando con gran fatiga, a fuerza de pedales de la zona, entre un tráfico imposible, un ruido infernal de pitidos, altavoces de los templos, los propios gritos de los conductores de los rickshaws,  las voces de la gente… Al llegar al microbús y luego al hotel, el silencio es extraño. Un lujo al alcance de pocos en la mítica ciudad.

J.J.C.

Ⓒ Taj Hotels (IHCL)

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