¿Aún no sabes qué ver en Sri Lanka? Te proponemos un recorrido por los monumentos y reservas naturales protegidas por la UNESCO en Sri Lanka.
Escrito por: Javier Galán
Presentamos los principales monumentos de la India, aconsejamos qué ver en Nepal y Bután y acercamos las mayores atracciones turísticas de Sri Lanka y Maldivas. Patrimonio de la Humanidad en India y demás países del Subcontinente Indio.
El lector podrá seleccionar los monumentos de su interés a través de prácticos artículos con una rigurosa selección de rankings elaborados por nuestro equipo de expertos en viajes a medida a India. Así, encontrará los monumentos más característicos de la India del Sur, los más importantes de la India del Norte o los diez mejores templos de la India. Además, el viajero podrá encontrar los principales monumentos de Sri Lanka. Muchos de ellos se encuentran en el denominado Triángulo Cultural de Sri Lanka (Dambulla, Polonnaruwa, Anuradhapura). Los monumentos de Nepal y Bután sorprenderán al viajero que busque algo más que un viaje al Himalaya. En Nepal encontrará Bhaktapur, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La Plaza Durbar o el magnífico templo Nyatapol son algunos de sus atractivos. Y en Timbu, la capital de Bután, destacan el Dzong Tashichoe, el Monasterio Dechen Phodrang o el Gran Buda Dordenma, entre otros. ¿Monumentos en Maldivas? No pierdas la ocasión de visitar la espectacular Friday Mosque, construida con piedras de coral.
Escrito por Javier Galán
Con su maña, trucos, esfuerzo y dedicación nuestros antepasados, sean de la zona del mundo que sean, fueron capaces de levantar exquisiteces y proezas que nos dejan atónitos. La sencillez y rudeza, la utilidad y la ornamentación de lugares en ruinas como Polonnaruwa en Sri Lanka asombran al más pintado, e incluso al más viajado. La Unesco reconoció su valor nombrando a esta ciudad, antigua capital de Sri Lanka, Patrimonio de la Humanidad en 1982, junto a Sigiriya y Anuradhapura.
Polonnaruwa se sitúa a 50 kilómetros por carretera al este de la conocida Sigiriya, y a unas seis horas en coche de la capital, Colombo. Al llegar aquí, todo va de ruinas. De esas que cuentan historias de cómo se vivía hace siglos, de cómo las civilizaciones abandonan ciertos proyectos o son masacradas, de cómo los edificios que resguardaban sus actividades cotidianas cayeron en el olvido. Eso ocurrió con la segunda capital de la isla, que lo heredó todo de Anuradhapura y acabó corriendo la misma suerte.
Decenas de ruinas excavadas se suceden en esta ciudad del norte de Sri Lanka. Allí se encuentra un templo excepcional como es el de Gal Vihara, con sus llamativos Buda tallados en granito. Las esculturas que representan a Buda son innumerables en los países budistas; en ese aspecto Gal Vihara no es original. Lo llamativo viene al descubrir que hace nueve siglos los habitantes de la zona se dedicaron a tallar cuatro enormes budas sobre la misma roca de granito. De varios tamaños y en variadas posturas. Así, dos figuras de piedra meditan sentados, una se alza en pie y otra se relaja recostada. Por su espectacularidad, Gal Vihara se ha ganado a pulso convertirse en uno de los lugares más visitados del triángulo cultural de Sri Lanka.
Al tratarse de antiguos lugares de culto como el descrito, es obligatorio descalzarse en la entrada de muchos de ellos. El de Polonnaruwa en Sri Lanka es un recorrido que recuerda a los templos de Angkor Wat por su configuración. Unos de otros se encuentran separados por un corto trayecto en tuk tuk o bicicleta, creciendo entre ellos la vegetación donde antes se levantarían los hogares del pueblo, humildes moradas hace tiempo desaparecidas.
No ocurre lo mismo con construcciones como Weijantha Prasada, el antiguo palacio imperial, hoy reducido a fotogénicos muros cubiertos de musgo. Y el resto de los edificios que formaron en su tiempo una intrincada ciudad sustentada por una refinada civilización van llegando unos detrás de otros. Destacan en algunos de estos lugares las piedras de la luna, piedras semicirculares que los cingaleses tallaban y con las que decoraban sus edificios. El templo Lankatilaka o la estupa Kiri Vihara son otras de las paradas de esta emocionante excursión. Las peculiaridades de la arquitectura cingalesa se suceden en este recorrido: una especie de cúpulas que protegían y recubrían a las estupas más pequeñas aún se mantienen en pie aunque con desperfectos.
No podía ser menos de unos edificios que resisten desde que fueron creados gracias al empeño de hace siglos, y que nos permiten echar un vistazo a la vida en comunidad de los antiguos habitantes de Sri Lanka. Sin duda, visitar Polonnaruwa en Sri Lanka es echar la vista atrás.
Escrito por: Enric Donate
Jaipur, capital de Rajastán, forma parte junto a Delhi y Agra del Triángulo Dorado de India. También conocida como la Ciudad Rosada, el origen del color de Jaipur es incierto, pero hay múltiples historias y leyendas como todo lo que rodea a esta ciudad mítica. Te contamos qué hacer en Jaipur para sacarle el máximo partido.
Te recomendamos empezar el día en el Fuerte de Amber. La antigua sede de los maharajás de Jaipur está a unos pocos kilómetros. El ascenso a la colina se puede realizar a lomos de elefantes decorados, como hacían los ilustres huéspedes antaño. Al entrar por la Puerta del Sol, el panorama del palacio y las murallas que serpentean por las colinas de Amber es único. No te vayas sin acercarte al Museo Anokhi, una casona dedicada al arte de la impresión de telas.
Jaipur ofrece una entrada combinada a los mejores ejemplos de su patrimonio. Por la tarde, ya sabrás qué hacer en Jaipur. Elije entre la extraña arquitectura del Jantar Mantar, un observatorio astronómico con instrumentos gigantes construido por el mismo Maharajá Jai Singh II, el fundador de Jaipur, u observa el trajín de los bazares desde el Hawa Mahal o Palacio de los Vientos, el lugar donde pasaban sus días las mujeres del harén real.
Si te gustan las vistas, debes subir al Fuerte del Tigre, un palacio construido sobre las montañas que rodean Jaipur para las esposas oficiales del maharajá. La vista desde el fuerte al atardecer es impresionante. Otra opción es realizar una pequeña excursión hasta Galta, a 9 kilómetros, para subir al Templo de los monos. También entre colinas, se esconden estos hermosos templos que inspiraron a Octavio Paz para escribir Vislumbres de la India y El mono gramático.
A parte de visitar el patrimonio histórico, hay mucho qué hacer en Jaipur. Los bazares de la ciudad se cuentan entre los más pintorescos del mundo. Comprar joyas en India nunca ha sido más sencillo que en Johari Bazar, donde encontrarás desde elegantes piezas de estilo internacional, hasta joyería étnica, bisutería colorista o incluso piedras preciosas sin montar. Pasea por los bazares, Tripolia, Suraj Pol, Chand Pol… donde se suceden las telas, las especias y los útiles para el hogar bajo los porches que protegen a los compradores del sol.
Si buscas esparcirte, la diversión está garantizada. Los hoteles de lujo de Jaipur ofrecen emplazamientos espectaculares para tomar una copa o disfrutar de los espectáculos tradicionales de Rajastán. Cena en el Hotel Taj Rambagh Palace y disfruta de su espectáculo de marionetas y danzas folclóricas en un antiguo palacio. ¿Quieres algo más moderno? No te pierdas el cine a la manera india. En Jaipur hay uno de los cines históricos de India. El Raj Mandir es la mayor sala de cine del país y cada día proyectan los éxitos de Bollywood con un público entusiasmado. Hay tanto que hacer en Jaipur que querrás quedarte un día más.