Las fiestas de Nepal en agosto

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Fiestas de Nepal

© Sujan Baidya


Nepal es uno de los países con más festivales y fiestas populares de todo el mundo. Además del carácter extremadamente abierto y alegre de los nepalíes, el hecho de que en este pequeño territorio (apenas 150 000 km cuadrados) convivan más de 30 distintas comunidades son dos de los factores que llenan la calle de diversión y alegría. Más de 30 maneras de entender la vida, y más de 30 motivos para celebrarla. Fiestas de Nepal: todo un universo de sonrisas y colores.

Tras el terremoto de 25 de abril en Nepal, el país se recupera de la gran tragedia. Pero la vida allí no ha parado ni un sólo momento. Ya hemos visto como Nepal se abre al turismo y ahora tenemos ocasión de comprobar, gracias a las fotos de nuestro compañero y amigo Sujan, cómo se han celebrado dos de las fiestas más importantes del verano: Fiesta del Hilo Sagrado y Festival de las Vacas.

La fiesta del Hilo Sagrado es una celebración hinduista que coincide con la luna llena de Shrawan (agosto o septiembre) un ritual de purificación simbolizado en un cordón que llevan colgando del hombro izquierdo los hombres creyentes. El Hilo Sagrado, llevado desde la pubertad hasta la muerte, se debe cambiar una vez al año, de forma muy ceremoniosa por un sacerdote Brahman. Son también fechas de la iniciación, los varones que lo adquieren por primera vez inician su camino de la religión y su ceremonia representa la entrada formal como miembro de la tradición espiritual hindú.

Al día siguiente, un día después de la luna llena empieza el Carnaval de las vacas, una fiesta nepalí de origen muy antiguo que se celebra en todo el Valle de Katmandú. Las calles se llenan de procesiones, desfiles, disfraces, y cómo no, de las vacas. Cuenta la leyenda que una reina perdió su hijo más querido, y para consolarla, el rey ordenó que toda la familia que hubiese perdido algún ser querido en el último año, sacase las vacas a la calle. El pueblo nepalí consiguió que la reina no se sintiera sola en su sufrimiento, y para hacerla reír, se disfrazaron de personajes fantásticos de lo más variopinto. El rey instituyó desde entonces este festival anual, donde todavía hoy hay familias que sacan sus vacas a la calle, y los niños corren disfrazados por las callejuelas de Katmandú, Patán y Bhaktapur

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