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2. GURU ANGAD (1504-1552)
Bhai Lehna era el discípulo favorito de Nanak y el más fiel a sus enseñanzas. Fue elegido el próximo Guru después de unas pruebas de obediencia y fe completa en el maestro. Recibió el nombre Angad.
Guru Angad enseñó a los sikhs los valores de la obediencia y a tener fe en el verdadero gurú. Era un amante del ejercicio físico, por lo que también organizaba combates de lucha libre para, entre otras cosas, otorgarle valor a la salud física. Quizás también preparando a los sikhs para la segunda etapa de la historia, la etapa de las batallas.Otra contribución importante de Guru Angad era la de la creación de una nueva escritura para la comunidad sikh. En el hinduísmo había un problema: las escrituras sagradas estaban escritas en sáncrito, un idioma que las masas no entendían y dependían de la clase sacerdotal para su interpretación. Los brahmanes se aprovechaban así de su prestigio y mantenían su status por estos privilegios. Guru Angad se decidió por recoger unas escrituras que todo el mundo pudiera comprender e interpretar. El idioma sería (y es) el punjabi y la escritura se llama ‘gurmuji’ o ‘originado de la boca del Guru’.
El sistema de nombrar al sucesor espiritual no era jerárquico; la edad tampoco era importante. Así que el tercer maestro, Guru Amardas era mayor que Guru Angad. También era uno de sus seguidores más fieles.
3. GURU AMARDAS (1479-1574)
También es conocido como ‘el Guru anciano’ porque tenía unos 75 años cuando se sentó en el asiento del Guru. Antes de eso, mostró servicio desinteresado al segundo Guru, permaneciendo a su servicio unos 15 años. Su tarea consistía en caminar unas 5 millas cada día con un cántaro para buscar agua para el baño y la limpieza diaria del Guru. Se dice que no falló ningún día.
En los 20 años que estuvo como Guru, hizo muchas reformas sociales sobre todo los derechos de las mujeres. Por ejemplo, prohibió la práctica de la ‘burka’ y el velo. También levantó su voz contra la práctica de ‘sati’ o la viudas que se quemaban en la pira funeraria del marido.
Según aumentaba la popularidad de esta nueva religión, la ortodoxía musulmana empezó a ver una amenaza. Por otro lado, muchos de los brahmanes hindúes también rechazaban a los gurus sikhs. Los ulemas (estudiantes y seguidores de la ley islámica) se quejaron al emperador mogol, Akbar, acusando a las enseñanzas de los gurús sikhs de contener llamados contra el Islam. El emperador Akbar, conocido en la historia como un gran humanista, investigó el asunto y encontró que la acusación era falsa.
Entre los seguidores más queridos del Guru había un jóven huérfano que desde pequeño vivía con él. Más tarde, Guru Amardas le hizo su yerno y cuando llegó el momento le nombró su sucesor, pasando a ser el cuarto gurú: Guru Ramdas.
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