Ashrams, el culto al espíritu

Un ashram es una comunidad espiritual en la que convive un maestro o guía junto a sus discípulos. Se trata de lugares tranquilos donde se imparten clases de yoga, meditación o canto, y donde se estudian textos sagrados del hinduismo como los Vedas, los Upanishads o el Bhagavat Gita. También es el lugar donde viven los sannyasis, monjes que han renunciado a la vida mundana y que peregrinan de ashram en ashram entregados a la vida espiritual.
Además de la comunidad, más o menos estable, están permitidas las visitas temporales. Aunque, normalmente, los ashrams no estipulan una cuota fija por la estadía sí que admiten donaciones acordes a las posibilidades de cada visitante.

Ashrams populares en India

© Philippe Roland Wüst

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India, el viaje de las dos mil lenguas

India es un país de gran extensión. De punta a punta y en línea recta, hay una distancia parecida a la que hay entre Madrid y la costa de Nigeria. De lado a lado, algo así como de Barcelona a Bucarest, en Rumanía.
No es de extrañar que en tanto territorio quepan tantas lenguas, dialectos e idiomas diferentes.
Pero además India cuenta con una historia riquísima y una enorme capacidad para la asimilación de influencias manteniendo su propia identidad.

Todo ello ha permitido que hoy en India haya más de 400 lenguas y casi 2.000 dialectos. Una auténtica Torre de Babel, en un meritorio país capaz de organizarse con tal diversidad.
Como curiosidad, los billetes de banco llevan por detrás la cantidad escrita en 15 lenguas diferentes:

Billete de 100 rupias

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Dabbawallas, tradición y eficiencia

Las estaciones de tren en India no son para pusilánimes, y menos las de las grandes urbes. Inaugurado en 1853, el sistema ferroviario del Mumbai es complejísimo. A primera hora de la mañana el espectáculo está garantizado en todas las estaciones de la gran urbe. Pero son los dabbawallas (literalmente «hombre que lleva una caja cilíndrica con comida») los pasajeros más numerosos y famosos de los trenes mumbaitís.

Dabbawalla

Foto por: Meena Kadri (Flickr)

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Don perro y don mono. Una historia sin dueño

Historias, historias… Todo el mundo tiene, conoce o se inventa historias… Pero hay pocas como ésta que me dispongo a contaros…
Se desarrolla en Jor Bagh, un barrio pequeño y de “alto nivel” que se encuentra en pleno corazón de Delhi. Su configuración es la misma que la de otros tantos barrios de la ciudad: casas individuales con pequeños jardines o edificios de máximo tres pisos alrededor de parques centrales, algunas tiendas…

Jor Bach barrio

Por lo demás no deja de ser un barrio más, al que mis hijos y yo vamos a menudo porque algunos de nuestros amigos franceses viven allí (a cambio de un astronómico precio por el alquiler). Pero lo que hace especial a Jor Bagh no son sus distinguidas casas coloniales ni sus nuevas construcciones a la europea, ni siquiera sus exclusivas tiendas de delicatessen. Lo que lo convierte en un barrio especial es “la curiosa pareja”.

La primera vez que la vi estaba yo en el jardín de la casa de mi amiga Isabelle tomando un café tranquilamente. Hablábamos animadamente cuando de repente escuchamos un ruido justo detrás de los árboles, en la calle.
Miré a través de las hojas y vislumbré una figura pequeña que se movía muy rápido, volví a mirar y ya había desaparecido. Entonces dirigí la vista a Isabelle que me respondió con una sonrisa enigmática y un gesto de ¡acompáñame!
Salimos las dos a la calle… Y, sí, allí estaban, la famosa «pareja de Jor Bagh”: un perro pequeño, negro y bastante sucio que caminaba tranquilamente entre los coches, llevando encima de su lomo… ¡un mono!

El mono, aún máspequeño que el perro, llevaba un plátano en la mano izquierda al que quitaba la piel con la derecha, arrancaba un trocito pequeño ¡y lo introducía en la boca del perro!. Lo hacía despacito, con cuidado, casi vigilando que su amigo lo masticara bien y no perdiera ningún trozo en el trayecto de la mano a la boca. Luego, comprobado que «don perro» estaba masticando, él mismo daba un bocado del mismo tamaño e inmediatamente volvía a cortar otro trocito para su amigo…

Don Perro y Don Mono, en Jor BaghLa historia de «don perro» y «don mono» es conocida por los residentes de Jor Bagh que ya están acostumbrados desde hace años a verlos pasear siempre uno al lado del otro. Como en toda pareja que convive desde hace muchos años, cada uno tiene un rol establecido y que cumple a la perfección. En este caso, es don perro quien se queda siempre en la puerta de las casas vigilando, o simplemente esperando, mientras que don mono se encarga de entrar normalmente hasta la cocina, abrir el frigorífico o coger algo apetitoso que esté a la vista. Después sale a la puerta, se lo enseña a don perro y se marchan los dos tranquilamente a saborearlo debajo de algún árbol cercano.
Si don perro no está por la labor de comer plátanos todos los días, don mono, que lo entiende perfectamente después de tantos años juntos, vuelve a entrar a la casa a cambiar el “menú” o prueba suerte en la del vecino de al lado, que al ser extranjeros suelen tener huesos o trozos de carne más apetitosos.

Allí son famosos. La gente los conoce y ni se inmutan cuando los ven pasear con ese aire de complicidad que a mi todavía me cuesta creer. Los dejan entrar en las casas sin problema, y aquí debo decir que don mono suele ser muy cuidadoso y no hace ningún tipo de destrozo.

Don perro y don mono no sólo comen juntos, no sólo pasean juntos… también duermen juntos. Se cobijan el uno en el otro, escogiendo posiciones como todos hemos hecho con nuestras parejas para sentirla cerca. Es asombroso presenciarlo, pues lo hacen con ternura, con paciencia, con complicidad. Como una pareja de amantes viejecitos que, aunque hablen poco, conocen por cada pequeño gesto y el significado de los silencios.

A veces, dice la gente que cambian de barrio por unos días o por una corta temporada. Suelen ir a Golf Link, otro barrio de “alto standing” vecino de Jor Bagh.

Me gustan «don perro» y «don mono». Me gusta su historia; me ayuda a no perder la esperanza, a pensar que todo es posible. Que si Don perro y don mono pueden ser amigos y cuidarse, alimentarse y respetarse mutuamente durante años… nosotros, los seres humanos, por mas distintos que seamos, también podemos hacerlo.

Quizás sea que don mono y don perro no saben cual es su karma o no conocen lo que la sociedad espera de ellos. Esto sería básicamente que don mono saltara de árbol en árbol o pasara horas despiojando a sus hermanos, y que don perro corriera detrás de las bicicletas y de los niños que juegan a la pelota mientras mueve el rabo y busca restos de comida en los basurales…
O quizás sí lo saben y simplemente se han rebelado.
O simplemente se conocieron, se gustaron y aprendieron una nueva forma de hacer las cosas juntos…

Sea lo que sea, a mí me gusta pensar que esta historia es India con mayúsculas, un lugar donde todo es posible, a pesar del karma o precisamente por el mismo. Quizás se conocieron en otra vida y están felices de haberse reencontrado en ésta. Quizás fueron amantes sin esperanzas hace muchos años y compensan hoy el tiempo perdido. O quizás son simplemente dos almas solitarias buscando respeto, consuelo, cariño y protección mutuos, que es al fin y al cabo, con karma o sin él, con reencarnación o sin ella, lo que buscamos todos.

A Don Perro y Don mono, con todos mis respetos.


Sobre la autora:
María JoséMaría José Morales y su familia viven en India desde 2009. Suele decir que lleva 20 años aprendiendo y que le encanta hacerlo. En este blog ofrece su particular forma de ver las cosas desde dentro, como mujer, española, trabajadora y madre de 3 hijos deseando y dispuesta a hacer de India su nuevo hogar. Para más información: [Quiénes somos]

Introducción al jainismo: las dos sectas

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El jainismo, como la mayoría de las religiones, tiene sectas o distintas corrientes. Las dos principales son ‘Swetambara’ o ‘vestidos de blanco’ y ‘Digambara’ o ‘vestidos del cielo’ o desnudos.

Los hombres ‘Digambara’ no llevan ropa y van desnudos, ya que practican el no apego al cuerpo. Comen estando de pie en un sitio y no utilizan ningún recipiente. Comen solamente una vez al día.
Llos monjes y las monjas ‘Swetambara’ se visten de blanco. Llevan la ropa sin coser, mostrando que no hay apego hacia ella.

Jainista

Foto: Álvaro Maldonado, Sociedad Geográfica de las Indias

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Introducción al jainismo: principales creencias

< Anterior: Introducción al jainismo.

Intentaremos recoger la compleja cosmología de códigos morales, doctrina y creencias que conforman la religión jainista, repleta de categorías, nombres y grados.
Básicamente, podríamos definirla por ser:
No-teísta: no existe una divinidad única. Consideran que el mundo es eterno y carece de principio. De la misma forma, todas las posibles divinidades (en la naturaleza, por ejemplo) no son emanación ni manifestación de ninguna divinidad sino que son divinidades por sí mismas, por así decirlo.
Pananimista: toda la realidad es vida. El universo es una totalidad viviente; todo ser posee un alma más o menos compleja. Por eso, el mayor pecado para el jainismo es causar daño a un ser vivo, aunque también hay que evitar dañar a la tierra o a las almas del agua o del aire. De ahí su afán por la no violencia y sus estrictas costumbres vegetarianas.

Detalle del templo de Ranakpur

Foto: Álvaro Maldonado, Sociedad Geográfica de las Indias

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Introducción al jainismo

 

Templo de Ranakpur

 

De las religiones principales en India, los jainistas conforman en torno a un 0,5% de la población india, lo que significa cerca de 5 millones de personas.
Destaca por ser una religión no-teísta, lo que significa que no aceptan los Vedas hindúes como verdad, aunque se suele traducir como que no creen en un dios.
Su concepción del mundo y el universo es la de algo eterno, inalcanzable a nuestra comprensión. Toda la realidad es “divina”, cualquier fenómeno natural, cualquier animal, insecto o planta son dignos de devoción. Para un jainista es pecado causar daño a un ser vivo o a la naturaleza. Son vegetarianos estrictos y fieles defensores de la no violencia; también buscan un constante desapego por lo material, como forma de descargar su alma en futuras reencarnaciones.
Hay dos movimientos jainistas principales, los Svetambaras siempre llevan ropas ligeras y blancas y los Digambaras, que suelen ir desnudos o semi desnudos.

Su filosofía y práctica se basan principalmente en el esfuerzo propio para el progreso del alma hacia la consciencia divina. Cualquier alma que vence a sus propios enemigos internos y logra el estado perfecto se llama ‘Jina’ o ‘el conquistador’.

Los jainistas tienen veinticuatro profetas, llamados los ‘Trithankaras’ (que se traduce como ‘el que muestra el camino’).
El primero sería Adinath (siglo IX antes de cristo) y el último y más conocido es Mahavira (siglo VI antes de cristo), contemporáneo de Buda.

Actualmente los jainistas forman una comunidad importante en la India aunque en minoría. Son reconocidos como muy buenos comerciantes y tienen bastante presencia en Norteamérica, Europa occidental, Australia y en otros lugares.

Continúa:
Principales creencias jainistas.
Las dos principales corrientes jainistas.


Sobre el autor:
AmarjeetAmarjeet Singh es Coordinador de viaje y guía personal para Sociedad Geográfica de las Indias. Licenciado en Filología Hispánica, es amante de España y la cultura hispánica y un gran humanista interesado en el encuentro entre culturas. Para más información: [Quiénes somos]