Si casarse en occidente ya es toda una cruzada, hacerlo en India supone una increíble travesía de ritos, rituales, tradiciones y supersticiones difícil de superar por cualquier otro protocolo nupcial del mundo.

Una boda india no sólo celebra la unión entre un hombre y una mujer. El vínculo nupcial se hace extensivo a las dos familias de los contrayentes que deberán negociar el contrato más importante de sus vidas. Pero para que esto ocurra, un astrólogo deberá cotejar antes las cartas natales de los futuros esposos, así como la fecha más favorable para que se produzca dicha unión. En caso de no ser compatibles, casi con toda seguridad, la boda no se llegará a celebrar. Si, por el contrario, la prueba astrológica es superada, la maquinaria nupcial se pondrá en marcha.
Una vez decidida la fecha, toca tratar uno de los puntos cruciales del “negocio”: la dote matrimonial. Aunque esta tradición fue abolida en el año 1961, en la actualidad sigue presente en India disfrazada en forma de regalos y otros gastos vinculados al matrimonio que, muchas veces, suponen un sacrificio extremo para las familias poco pudientes.

Foto cedida por Belén Serrano (www.belenserrano.com)