De dioses y reyes. La leyenda de Akbar y Tansen

La música es fundamental en múltiples rituales. No sólo ocurre en India, podemos ver ejemplos en casi cualquier cultura o civilización. Oraciones cantadas, instrumentos para acompañar danzas religiosas o ceremonias… la música es habitualmente una ofrenda a Dios o un complemento para otras acciones formas de relacionarnos con lo divino.

En India, la música tradicional se considera una forma metafísica, una vía de comunicación entre los distintos niveles de nuestro ser. Akbar, el admirado emperador mogol, tenía como principal músico de su corte a Tansen, un reconocido músico y vocalista que ha pasado a la historia de la música india por su talento.

Akbar y Tansen

Encuentro de Akbar y Tansen con Haridas

Se cuenta que cierto día, Akbar le pidió a Tansen que le presentara a quien había sido su maestro, Swami Haridás, un sabio anacoreta que vivía en un templo en plena conjunción con la naturaleza y alejado de la civilización del imperio.

Llegaron, y Haridás les recibió con honores. Los dos músicos se sentaron uno frente a otro con gran reverencia y cantaron en honor a Dios y al emperador, allí presente.

Entonces Akbar, estupefacto, le dijo a Tansen:
– ¡Pero si él canta mucho mejor que tú!

A lo que Tansen le respondió:
– Claro, señor. Yo canto para un rey, pero él canta sólo para Dios.

 


Sobre el autor:
DavidDavid Martín es Responsable de Comunicación y Community Manager de Sociedad Geográfica de las Indias. Como responsable editorial, intenta acercarnos a India un poco más cada día. Para más información: [Quiénes somos]

Aprendiendo yoga: Gheranda Samhita

El Gheranda Samhita es un manual de Hatha Yoga del siglo XVII que consta de 351 estrofas distribuidas en siete capítulos.
Junto a los Yoga Sutras de Patanjali y el Hatha Yoga Pradipika forma una trilogía imprescindible para los estudiosos del yoga. Las técnicas que expone son la base de muchas prácticas del yoga contemporáneo.

 

Las enseñanzas se presentan en forma de diálogo entre el sabio Gheranda, de quien nada se conoce, y su discípulo Chanda Kapali.
Fragmento de un diálogo entre maestro y discípulo:

geranda y samhita

En una ocasión Chanda Kapali fue a la cabaña de Gheranda y le saludó con reverencia y devoción.

“¡Oh, Maestro del Yoga! ¡Oh tú, el mejor de todos los Yoguis! ¡Oh Señor!, quiero aprender la disciplina del Hatha Yoga que lleva al conocimiento de la verdad (tattva-jñāna)”.

El Maestro Gheranda respondió: “Sin duda lo pides correctamente. Te enseñaré lo que deseas saber. Escucha con atención”.

“No hay cadenas como las de la ilusión (māyā). No hay fuerza como la que proviene de la disciplina (yoga). No hay amigo más elevado que el conocimiento (jñāna). Y no hay enemigo mayor que el sentimiento de individualidad (ahamkāra)”.

“Aprendiendo el alfabeto, con práctica, se pueden dominar todas las ciencias; igualmente, mediante el dominio primero del Hatha Yoga se adquiere al final el conocimiento de la verdad que libera el alma de la esclavitud”.

“De acuerdo con los actos, buenos o malos, se producen los cuerpos de todos los seres vivos, y los cuerpos dan origen a las acciones (el karma que conduce al renacimiento). De esta manera, el ciclo se repite como el continuo girar de la rueda de un molino de agua”.

“Igual que sube y baja la rueda de un molino al sacar agua del pozo movida por los pistones (llenando y vaciando una y otra vez los baldes), así el alma (jīvātman) pasa a través de la vida y la muerte movida por sus acciones (karma)”.

“Pero el cuerpo degenera pronto en este mundo, como una vasija de barro fresco sumergida en el agua. Fortalécelo con el fuego del adiestramiento (Ghaṭasthā Yoga) que vigoriza y purifica el cuerpo”.

 

La vía de los siete pasos.

El Gheranda Samhita enseña una disciplina de siete pasos (llamada saptasadhana) y describe no menos de treinta y dos posturas (asanas) y veinticinco “sellos” (mudras). La parte mas original de este trabajo es el extenso tratamiento de las técnicas de purificación (sodhana).

Los siete pasos de este adiestramiento psicofisiológico son los siguientes:

1. Purificación (kriya): se adquiere con la práctica regular de los seis kriyas, que son practicas de purificación entre las que se incluye la limpieza nasal o la limpieza del tracto gastro-intestinal.
2. Fortalecimiento (drdhata): se consigue mediante asanas, que son posturas de Hatha Yoga
3. Estabilidad o firmeza (sthirata): se consigue mediante mudras, que son gestos realizados con las manos.
4. Calma (dhirata): se consigue mediante pratyahara, que es el control de los sentidos
5. Ligereza (laghima): se consigue mediante pranayama, que persigue el control de la respiración
6. Percepción correcta (pratyaksatva): se consigue mediante dhyana, un tipo concreto de meditación.
7. Soledad (nirliptata): se consigue mediante samadhi, un estado de conciencia que propicia la unidad con el Todo.

asanas

 


Sobre la autora:
NonaNona Rubio es colaboradora de Sociedad Geográfica de las Indias. Le apasiona viajar y nos cuenta historias que hablan de un país inabarcable con el que hay que ser paciente si lo que pretendemos es conocerlo por dentro. Para más información: [Quiénes somos]

Ganges: conoce la mitología del «río blanco» de la India

El Ganges nació como el «río blanco», pero los siglos, las calamidades y el uso de sus aguas por el hombre lo han hecho de un color indeciso y abstracto. Su nacimiento se cuenta en uno de los más hermosos episodios del Ramayana, y desde ese borroso tiempo del mito, el curso del Ganges ha corrido en paralelo al devenir de la India.

Texto: Vicente Molina Foix, en El Pais Semanal

Mujeres echan ofrendas al Ganges.

Mujeres echan ofrendas al Ganges. Foto: David Martín, 2004

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De maharajás y elefantes

<< (…) El elefante sobre el que se desplazaba el maharajá de Baroda estaba más ricamente engalanado todavía. Los inquietantes colmillos de este monstruo centenario habían despedazado a más de veinte rivales en otros tantos combates. Todos sus jaeces eran de oro macizo: el palanquín real, la gualdrapa, los pesados brazaletes en las cuatro patas y las cadenas que colgaban de las orejas. Cada una de ellas valía unos treinta millones de antiguos francos y representaba una victoria del animal.

Juego con elefantesDurante generaciones, los elefantes habían sido el medio de locomoción favorito de los príncipes. Símbolos del orden cósmico, nacidos de las manos del dios Rama, eran a sus ojos los pilares del universo, el sostén del cielo y de las nubes. Una vez al año, el maharajá de Mysore se prosternaba ante el rey de sus paquidermos. Con este homenaje, renovaba su alianza con las fuerzas de la Naturaleza y aseguraba un año de prosperidad a sus súbditos. La riqueza de un soberano se valoraba por el número, la edad y el tamaño de los elefantes que poblaban las cuadras de sus palacios, algunas de las cuales albergaban hasta trescientos animales.
Desde que Aníbal franqueara los Alpes con su legión de elefantes, quizá nunca se había contemplado una manada tan impresionante como la que se exhibía una vez al año en Mysore con ocasión de la fiesta de Dassahra. Un millar de estos animales, adornados con dibujos, collares de flores, joyas, sillas y riendas de oro, desfilaban a través de la ciudad. Al macho más fuerte correspondía el honor de llevar el palanquín del soberano, trono de oro macizo acolchado de terciopelo y coronado por una sombrilla, atributo de poder principesco. Detrás, venían otros dos elefantes engalanados con la misma fastuosidad. Llevaban dos palanquines vacíos cuya aparición provocaba un respetuoso silencio en la multitud: se consideraba que transportaban las almas de los antepasados del maharajá.

Combates de elefantes realzaban siempre con particular brillo las fiestas del príncipe de Baroda, dando lugar a terribles duelos. Dos machos enormes, enfurecidos a lanzadas, eran arrojados uno contra otro. Haciendo temblar la tierra con sus colosales moles y el cielo con sus barritos, combatían hasta la muerte de uno de ellos. El vencedor tenía el honor de entrar en la cuadra principesca.
El rajá de Dhenkanal, pequeño feudo del este de la India, ofrecía todos los años a millares de invitados la ocasión de asistir a una exhibición igualmente emocionante, aunque menos sangrienta: el apareamiento de los elefantes más bellos de sus cuadras.
Un maharajá de Gwalior utilizó, incluso, un día a unos de sus animales para una tarea que ningún paquidermo había realizado jamás. Habiendo pedido a Venecia una lámpara cuyo peso y tamaño debían superar las dimensiones del mayor candelabro del palacio de Buckingham, decidió comprobar la solidez del tejado de su palacio haciendo deambular por él al más pesado de sus elefantes, después de haberlo hecho izar hasta allí con ayuda de una grúa especialmente ideada para ello.

Otros animales ocupaban en el corazón de ciertos príncipes un lugar tan privilegiado como los elefantes. Para el nabab de Junagadh, minúsculo principado al norte de Bombay, eran los perros. Había instalado a sus animales favoritos en apartamentos con electricidad y teléfono, donde eran servidos por criados a sueldo. Celebró el matrimonio de su perra favorita Roshana con un labrador llamado Bobby en el transcurso de una grandiosa ceremonia a la que invitó a todos los príncipes y dignatarios de la India, incluido el Virrey (…) >>

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Esta noche la libertad, de Dominique Lapierre y Larry Collins.

Ananda Shankar, la fusión hindi-rock

Conocido por ser el sobrino del mítico Ravi Shankar y por fusionar la música clásica india con el rock, Ananda Shankar  (1942-1999) trabajó con Jimi Hendrix, The Rolling Stones o The Doors, entre otras grandes estrellas.

ananda shankarAnanda Shankar nació en el año 1942 en el estado indio de Uttar Pradesh. Hijo de dos reconocidos bailarines y sobrino del sitarista Ravi Shankar, Ananda pronto encaminó sus pasos hacia un prometedor futuro musical, dentro y fuera de su país.

De India a Estados Unidos.
Tras aprender a tocar el sitar en Varanasi, no con su tío Ravi, sino con el prominente músico de clásica Lalmani Misra, se interesó por lo que estaba pasando en occidente. A finales de los años 60 viajó a Los Ángeles donde comenzó a tocar con contemporáneos como Jimi Hendrix. En 1969 dio un paso más y firmó un contrato con la discográfica Reprise Records para lanzar, en 1970, su primer álbum homónimo (Ananda Shankar) en el que fusionaba la música rock occidental con la música tradicional india. Además de versiones originales, el álbum incluía reinterpretaciones de temas tan populares como “Jumpin ‘Jack Flash” de The Rolling Stones y “Light My Fire” de «The Doors». De esta manera Ananda Shankar irrumpía en el panorama musical de occidente.

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Un paseo por Old Delhi

Retrocedamos en el tiempo hasta el año 1.639. Europa estaba inmersa en distintas guerras entre imperios: la Guerra de los 80 Años, la de los 30 Años… La Inquisición imponía su ley a uno y otro lado del Atlántico, juzgando entre otros a Galileo Galilei. El Papa Urbano VIII había prohibido la esclavitud en Iberoamérica, aunque el rey Felipe IV puntualiza prohibiendo sólo la de los indios, manteniendo la de los negros. En España se disfrutaba de la segunda parte de El Quijote, publicado unos años antes.

Mientras tanto, en India el imperio mogol disfrutaba de esplendor militar, comercial y artístico. El emperador Shah Jahan (1628-1658), nieto de Akbar el Grande (1562-1605), fundaba la que sería su nueva capital: Shahjahanabad. Una majestuosa ciudad amurallada, a orillas del río Yamuna, repleta de mansiones nobles, animados mercados y calles (Chandni Chowk), dependencias de la corte, mezquitas (Jama Masjid), jardines y un hermoso fuerte-palacio (el Fuerte Rojo).

Jama Masjid desde el Urdu Bazar

Pintura de la Jama Masjid desde el Urdu Bazar (Fuente: Wikipedia)

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