La joya de Varanasi: Nadesar Palace

Situado a los pies del Ganges, en Varanasi, una de las ciudades más vibrantes de India, quizás del mundo… el hotel Nadesar Palace es uno de los más especiales del país. Lo es por su historia, su emplazamiento y su exclusividad, con sólo 10 suites / habitaciones.

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Nadesar‘ deriva del nombre de la diosa Nadesari, cuyo templo se ubica en frente del palacio-hotel. Y el palacio también parece construido en su honor, un paraíso de flores, olores y colores, un remanso de paz y tranquilidad situado en uno de los lugares más transitados de India. Su origen, sin embargo, está rodeado de cierto halo misterioso. No se conoce con exactitud cuándo o para qué se construyó este edificio, los primeros registros datan del 1799, cuando el magistrado de Benarés lo utilizó como residencia. Por cierto que justo al lado se ubicaba la Casa de la Menta (Mint House), construida por la Compañía de las Indias Orientales pocos años antes para favorecer su labor comercial.

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Hoy es un establecimiento perteneciente a la prestigiosa cadena Taj Hotels, pero en el Nadesar Palace se han alojado celebridades de todo el planeta desde 1835. Y se nota. No sólo porque le dan nombre a sus suites y habitaciones. Su colección de arte, perteneciente al maharajá, se complementa con su lujosa decoración con muebles escrupulosamente restaurados, preciosas chimeneas, una cuidada decoración de interiores y piezas de artesanía en pasillos, salones o jardines. Su estupenda piscina, su spa o sus zonas ajardinadas colindantes, que incluye cuatro hoyos de golf en India, son las delicias de los viajeros más selectos. Es fácil imaginar aquí la pompa y el esplendor de otras épocas, comprender por qué fue el lugar elegido en esta ciudad por los Príncipes de Gales, el Rey Jorge V, el rey de Arabia Saudí, el emperador de Etiopía o Nepal, el propio Nehru cuando era Primer Ministro o el mismísimo Dalai Lama.
Como es de imaginar, con estos antecedentes, un servicio y un trato excepcionales avalan a quienes aquí trabajan.

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Es una buena idea descansar en un lugar así tras un ajetreado día en esta ciudad. Es el antídoto perfecto para un lugar tan complicado de visitar y comprender, como es Varanasi.

También incluye paseos en carruaje y a caballo, recorridos botánicos guiados, sesiones de yoga y excursiones privadas de distinto tipo. Consúltenos para más información y disponibilidad.

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Fotos: (c) Taj Hotels.

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De maharajás y elefantes

<< (…) El elefante sobre el que se desplazaba el maharajá de Baroda estaba más ricamente engalanado todavía. Los inquietantes colmillos de este monstruo centenario habían despedazado a más de veinte rivales en otros tantos combates. Todos sus jaeces eran de oro macizo: el palanquín real, la gualdrapa, los pesados brazaletes en las cuatro patas y las cadenas que colgaban de las orejas. Cada una de ellas valía unos treinta millones de antiguos francos y representaba una victoria del animal.

Juego con elefantesDurante generaciones, los elefantes habían sido el medio de locomoción favorito de los príncipes. Símbolos del orden cósmico, nacidos de las manos del dios Rama, eran a sus ojos los pilares del universo, el sostén del cielo y de las nubes. Una vez al año, el maharajá de Mysore se prosternaba ante el rey de sus paquidermos. Con este homenaje, renovaba su alianza con las fuerzas de la Naturaleza y aseguraba un año de prosperidad a sus súbditos. La riqueza de un soberano se valoraba por el número, la edad y el tamaño de los elefantes que poblaban las cuadras de sus palacios, algunas de las cuales albergaban hasta trescientos animales.
Desde que Aníbal franqueara los Alpes con su legión de elefantes, quizá nunca se había contemplado una manada tan impresionante como la que se exhibía una vez al año en Mysore con ocasión de la fiesta de Dassahra. Un millar de estos animales, adornados con dibujos, collares de flores, joyas, sillas y riendas de oro, desfilaban a través de la ciudad. Al macho más fuerte correspondía el honor de llevar el palanquín del soberano, trono de oro macizo acolchado de terciopelo y coronado por una sombrilla, atributo de poder principesco. Detrás, venían otros dos elefantes engalanados con la misma fastuosidad. Llevaban dos palanquines vacíos cuya aparición provocaba un respetuoso silencio en la multitud: se consideraba que transportaban las almas de los antepasados del maharajá.

Combates de elefantes realzaban siempre con particular brillo las fiestas del príncipe de Baroda, dando lugar a terribles duelos. Dos machos enormes, enfurecidos a lanzadas, eran arrojados uno contra otro. Haciendo temblar la tierra con sus colosales moles y el cielo con sus barritos, combatían hasta la muerte de uno de ellos. El vencedor tenía el honor de entrar en la cuadra principesca.
El rajá de Dhenkanal, pequeño feudo del este de la India, ofrecía todos los años a millares de invitados la ocasión de asistir a una exhibición igualmente emocionante, aunque menos sangrienta: el apareamiento de los elefantes más bellos de sus cuadras.
Un maharajá de Gwalior utilizó, incluso, un día a unos de sus animales para una tarea que ningún paquidermo había realizado jamás. Habiendo pedido a Venecia una lámpara cuyo peso y tamaño debían superar las dimensiones del mayor candelabro del palacio de Buckingham, decidió comprobar la solidez del tejado de su palacio haciendo deambular por él al más pesado de sus elefantes, después de haberlo hecho izar hasta allí con ayuda de una grúa especialmente ideada para ello.

Otros animales ocupaban en el corazón de ciertos príncipes un lugar tan privilegiado como los elefantes. Para el nabab de Junagadh, minúsculo principado al norte de Bombay, eran los perros. Había instalado a sus animales favoritos en apartamentos con electricidad y teléfono, donde eran servidos por criados a sueldo. Celebró el matrimonio de su perra favorita Roshana con un labrador llamado Bobby en el transcurso de una grandiosa ceremonia a la que invitó a todos los príncipes y dignatarios de la India, incluido el Virrey (…) >>

Sigue leyendo en…
Esta noche la libertad, de Dominique Lapierre y Larry Collins.

Cómo hacer negocios en India

Por SUSANA CARRIZOSA para El Pais.
Fuente: El Pais Economía. 17 febrero 2012.

– Un desembarco regional y potenciar los lazos personales son garantía de éxito en el país
– Se aconsejan socios locales y paciencia en las relaciones comerciales

Un país que es más un continente, con un potencial mercado de casi 1.200 millones de consumidores y donde todo está por hacer, se convierte en punto de mira de las economías en crisis y de las exportaciones mundiales. Poner una pica en India, segundo mercado mayor del mundo por detrás de China, es el nuevo input, especialmente para pymes, que pueden proveer de servicios a las compañías españolas allí establecidas, así como para las grandes superficies debido a la eclosión de centros comerciales en las principales ciudades indias.

Según la encuesta realizada a multinacionales establecidas en India por AT Kearney, se trata de un mercado muy atractivo para las empresas de tecnologías de la información, inversiones en I+D y servicios a empresas en comparación con el resto de las economías asiáticas emergentes. El 70% de las firmas consultadas ve una alta probabilidad de elevar sus inversiones en India a medio plazo, y el 75% sostiene que sus resultados han sobrepasado los objetivos y las expectativas, por delante de Malasia, Tailandia y Filipinas.

Oportunidades son todas, pero el laboratorio del mundo, como se conoce al país por su potencial en tecnología y servicios, es al mismo tiempo un destino duro y difícil para empresarios y directivos. “En India es fundamental ser paciente, porque el plazo de maduración para un negocio suele ser más largo que en España. Los tiempos se manejan de manera diferente. En general, analizan todo muchas veces. Aconsejo a las pymes adoptar un enfoque regional en su aproximación al país”, sostiene Arturo Fernández, presidente de la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM).

Firmeza y una buena gestión de precios son imprescindibles para trabajar en el país asiático.
Una buena gestión de mercados y precios, firmeza en las propuestas y la armonía entre las partes son las piedras angulares para trabajar en el país asiático, según los expertos. Antonio Fernández, responsable de desarrollo y operaciones de Ericsson, manifiesta que “lo más gratificante de India es trabajar con equipos que tienen un nivel de ilusión y ganas difícil de encontrar en Occidente, contar con mucha ayuda te facilita la vida. Sin embargo, es una cultura en la que la planificación brilla por su ausencia”.

“Ten fe, confía en Dios, pero que no se te olvide cerrar la puerta de tu coche con llave” es una máxima que se cuela por las calles de Nueva Delhi, Bombay o Bangalore hasta los oídos de todo aquel que viaje para hacer negocios al primer productor mundial de leche, azúcar y té, según un informe del Instituto de Fomento de la Región de Murcia. Y es que India, junto a China, es el mercado emergente que ofrece más oportunidades a medio plazo, especialmente en infraestructuras, energía, telecomunicaciones, maquinaria, alimentación, textil y joyería.

Después de seis años sobre el terreno, el director de la agencia de viajes Sociedad Geográfica de las Indias, Pablo Pascual Bécares, apunta: “India ofrece mucho, pero no es un país fácil. Con crecimientos de entre el 7% y el 10%, la enorme burocracia y una forma muy diferente de ver las cosas son sus principales trabas. Para hacer negocios es imprescindible que te guste el país y que busques no ya un socio local de confianza, sino dos, y lo ideal es que pertenezcan a comunidades religiosas o culturales diferentes para evitar un peligroso sesgo en el desarrollo del negocio y la especial cosmovisión que vas a adquirir sobre el mercado y la gestión de los procesos internos”.

Evite los contratos verbales y prepárese para cambios constantes.
Con esta política bajo el brazo, Inditex ha desembarcado en Nueva Delhi y Bombay de la mano del grupo indio Tata. Del mismo modo que Cooperativa Mondragón ha creado una joint venture con un socio local. Pero India acoge a otras grandes empresas españolas, como los bancos Sabadell, BBVA y La Caixa; la constructora Acciona, la tecnológica Indra, la textil Mango

Las exportaciones españolas a India sumaron 1.200 millones de euros entre enero y noviembre de 2011, y las inversiones alcanzaron los 42,3 millones de euros hasta septiembre, según los datos del Instituto de Comercio Exterior (Icex). “España era el vigésimo segundo inversor en India en 2008 y en 2011 ya es el decimotercero”, señala Teresa Solbes, consejera económica y comercial de la Embajada de Nueva Delhi. Y es que “el interés de las compañías españolas por este mercado va en aumento, como lo demuestra el número de eventos y misiones comerciales que organizamos. Para 2012 tenemos ya en el horizonte un partenariado multilateral, en el que se pondrá en contacto a empresas españolas e indias con experiencia en proyectos financiados por el Banco Mundial o el Banco Asiático de Desarrollo, especialmente en el sector de las infraestructuras”, agrega.

Pero hay que saber jugar en su terreno con jugadores locales de primera división que demandan líderes entre los visitantes. “India busca líderes como socios y espera que lideremos el proyecto de principio a fin, y si las cosas van mal, que en algún momento irán, responderán como una verdadera familia”, dice Pablo Pascual. Algo que confirma el presidente de CEIM: “Hay que adaptarse a su forma de hacer negocios. A ellos les influye bastante un contacto personal continuado. El empresario indio suele estar muy abierto a recibir a otros empresarios. Para negociar, el factor precio es de vital importancia, lo que se complica por la presencia cercana del sureste asiático y China, con su consabida agresividad en los precios. En la cultura india, el regateo sigue siendo fundamental”.

Es frecuente que cerrar un contrato lleve dos o tres años de contactos.
“No es fácil hacer negocios debido a los bajos niveles de precios y la gran cantidad de competidores”, advierte el director de exportación de Amper, Raúl Domínguez Manzano. “Para conseguir la primera venta en India hay que tener mucha paciencia. El extranjero recién llegado puede tardar dos o tres años en concretar un negocio. Hay que tener en mente esta realidad”, agrega. “El directivo que vaya a India tiene que cambiar completamente el chip. Para empezar, se trabaja los siete días de la semana y se descansa en vacaciones. Un sueldo de entre 70.000 y 150.000 euros va a permitirnos contratar ayuda (cinco personas en casa), absolutamente indispensable para vivir allí”, manifiesta Sugata Jain, directora asociada del Career Management Centre del IE Business School.

El hombre de negocios indio es impulsivo, muy trabajador, no es directo; en muchos casos, algo corrupto, y tiene muchas ganas de enriquecerse rápido. Pero también posee gran capacidad de sacrificio y superación, es tremendamente capaz y, a menudo, tiene gran experiencia profesional en el extranjero. “En ocasiones les gusta aparentar lo que no son”, puntualiza Antonio Fernández.

Para el director de exportación de Amper, el directivo indio “es un negociador muy duro y muy listo. Suele presionar muchísimo en los precios. Son clientes complicados que cambian de opinión constantemente y es difícil cerrar una oferta o proyecto sin cambios continuos. Hay que acostumbrarse a que los contratos y el papeleo no se formalizan por escrito, y eso suele provocar malentendidos con el tiempo”. Y es que el problema de los indios es que no saben decir “no”, “una tradición antigua y muy peligrosa”, según Pascual.

 

Por SUSANA CARRIZOSA para El Pais.
Publicado en: El Pais Economía. 17 febrero 2012.

Aishwarya Rai, la reina de la belleza

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Casi seguro la has visto en alguna película o cartel. Se llama Aishawarya Rai y es la actriz y modelo más cotizada del cine indio. Es un galardón nada baladí, teniendo en cuenta que es la industria cinematográfica más grande del planeta. De hecho, está hoy en la lista de la revista Time de las mujeres más influyentes de Asia.

En 1.994 fue elegida Miss Mundo, y está considerada por muchos la mujer más bella del planeta.

A sus 38 años, Aishwarya habla nada menos que 6 idiomas y vive en Bombay. Estudió arquitectura, aunque no terminó la carrera debido a su rápido éxito como modelo y actriz. Ha protagonizado casi 50 películas, y entre ellas podemos destacar su presencia en el cine “occidental”, como en La Pantera Rosa 2 (2009), donde interpreta a una turbadora investigadora y criminóloga. La academia de cine indio la ha nominado o premiado en numerosas ocasiones.

Como es habitual en las personas de gran popularidad y proyección mediática, es una de las portadas típicas de la prensa rosa y su vida personal es fuente de rumores, comentarios, exclusivas, etc. Incluso se llegó a propagar la noticia falsa de su muerte en accidente de automóvil, en 2006.
Como curiosidad, hay una especie de tulipán llamado “aishwarya”… en su honor.

Bekal, una experiencia para los sentidos

Situado en el distrito de Kasargod, al norte del estado de Kerala, Bekal es un magnífico resort rodeado de cocoteros, de una paradisíaca playa y a un paso de los famosos backwaters. Es un remanso de paz, un lugar perfecto para descansar y abandonarse a los sentidos, al paso del tiempo y a la buena compañía.

Vivanta by Taj -Bekal (Kerala)

Gestionado por el sello Vivanta by Taj, sinónimo de hospitalidad y buen gusto, Bekal no se sitúa en una zona de paso para los circuitos habituales, pero ese es precisamente su encanto.

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Ver más allá

amigos caminando de la mano

Eres el producto de tu entorno.
Por eso no puedes ver con claridad nada que esté fuera de tus costumbres y de las convenciones sociales de que estás impregnado.
Si quieres ver más allá, libérate antes de tu manera habitual de interpretar los hechos.

Svami Prajnanpad.

 

 > Foto por David Martín (2009).
En India es frecuente ver a dos hombres caminar tomados de la mano, en símbolo de amistad. Es costumbre hindú, y también musulmana.

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