> Viene de ‘¿Somos iguales o diferentes? Viviendo en la India (1ª parte)’
Como veis en el artículo anterior, las similitudes en el día a día entre la vida en India y en España son muchas, lo que a veces te obliga como extranjera a hacer un esfuerzo para evitar caer en la rutina de una vida “globalizada” y poder seguir descubriendo las otras cosas maravillosas de India, las que nos hacen diferentes y por lo tanto suponen la verdadera riqueza de vivir aquí.
Y de estas también hay muchas, algunas se asumen rápidamente y se incorporan a tus códigos de rutina diarios, como las diferentes formas de saludar basadas en las diferencias de edad, de sexo, de posición, la importancia del lenguaje corporal en las relaciones cotidianas, los significados de sus fiestas y tradiciones, etc.
Pero además de todo esto, hay alguna diferencia fundamental en la forma de entender la vida en sentido amplio, y no me refiero al proceso de vida-muerte como ciclo, donde el karma y la reencarnación son, para nuestras mentalidades más occidentales, algo difícil de entender y aún más de asumir…
Me refiero a otro tipo de proceso, el que habla de la unión indivisible de la mente y el cuerpo, y que de una forma u otra lo impregna todo y se hace palpable a través de la práctica cotidiana de miles de tipos diferentes de meditación, yoga, medicina alternativa, curación a través de energía, etc., etc. Todo ello convive no solo como formas complementarias de la medicina occidental, sino como una filosofía o forma de vida en sí misma.
